Instituciones de estudios a veces no pueden demostrar humanidad con su comunidad estudiantil que tiene familias con sueldos reducidos que no puede pagar los gastos de la canasta mensual, o las cuotas de la colegiatura.
Levanto la voz por los trabajadores que perdieron sus empleos porque no hay la necesidad de limpiar pisos por ahora, o porque las cafeterías no tienen a quién recibir. (O)
Álvaro Alejandro Ortí Maldonado, universitario, Quito