Con la grave crisis mundial, cualquier ciudadano entiende que los Gobiernos no pueden subsidiar indefinidamente bienes y servicios sin graves consecuencias, siendo necesario sincerar la economía, aunque existe la nefasta tendencia de aspirar que todo sea gratis o barato, por lo que debemos ser más frugales postergando diversión y festejos.
Sin perjuicio de mantener ciertos beneficios a favor de los más vulnerables, el Estado debe socializar y hacer entender a todos los sectores la necesidad de suprimir paulatinamente el subsidio a la gasolina, exceptuando el diésel que sirve para el transporte colectivo y de mercancías, igualmente focalizar el subsidio al gas mediante cupos para los beneficiarios del bono solidario, debiéndose revisar ese beneficio, priorizando a discapacitados y adultos mayores indigentes; así el IVA debe incrementarse ya que este solo afecta a consumidores de bienes y servicios formales, pues la mayoría consume al comercio minorista informal que no está gravado; retomar el impuesto a la herencia y la plusvalía, revisar las bases imponibles, así como las supuestas inversiones en bienes para uso privado ajeno al empresarial. En la actualidad muchas vías pagan peajes, también algunos puentes podrían pagarlo; revisar aportes y edad de jubilación del IESS, y aplicar la ley respecto a la jubilación patronal que indica que el Seguro Social sustituye a las obligaciones patronales, pues tal norma impide en gran medida la estabilidad del trabajador, ya que algunas empresas tratan de evitar esa disposición. (O)
Jorge Chambers Hidalgo, abogado, Guayaquil