Dentro de las lecciones aprendidas, la década anterior fue la importancia y el orgullo de ser ecuatorianos. Con la catástrofe del terremoto en el 2016, el país se volcó a las calles para ayudar a nuestros hermanos manabitas y fuimos convencidos de pagar durante un año el 2 % más del IVA para apoyarlos, nadie protestó. Luego supimos que nuestro esfuerzo y solidaridad fueron en vano. Hoy en día que estamos ante una pandemia (COVID-19) de magnitud mundial –no solo es Ecuador o Latinoamérica–, el presidente y otras dignidades han hecho su aporte al Ecuador, pero ¿qué hay de los representantes electos por el pueblo en la Asamblea?, ¿en qué han aportado?, ¿dejar sus privilegios de asesores de los asesores, secretarias de las secretarias y choferes de los choferes? Ahora es el momento del Ecuador para sanear la clases política y reducir la burocracia. ¿Por qué no fusionar provincias? ¿Por qué no buscar gente preparada para legislar? ¿Hasta cuándo tendremos bailarinas y gente de farándula en un trabajo que no saben manejar? ¿Por qué tenemos ‘diplomáticos’ no de carrera en embajadas? Hay que pensar seriamente cómo vamos a sacar al país a flote y, lo más importante, no perder la dolarización que tanta estabilidad nos ha dado los últimos 20 años. Debemos leer las etiquetas para solo comprar productos que digan ‘Hecho en Ecuador’, para fortalecer los empleos de los ecuatorianos.(O)
Dora Natalia Ulloa M.,
licenciada, Guayaquil
La preocupación por la crisis del sistema de salud, a pesar del esfuerzo que han realizado las diferentes entidades públicas o privadas. Si se necesita un medicamento en el IESS, la especialidad de oncología o antirretrovirales, se recibe como respuesta: “Está agotado el stock, regrese en unos meses”... A los pacientes no les queda otra opción que adquirirlos en el mercado, luego de peregrinar de farmacia en farmacia –a un precio elevado–, e interponer una acción de protección a fin de que se les reconozca en lo posterior la prestación; pero si la intervención quirúrgica excede de sus posibilidades económicas deberá esperar varios meses. En su momento, el Banco Mundial indicó que el sector de la salud era inequitativo e inaccesible, y no era garantía frente a la existencia de contingencias. La realidad no ha cambiado.(O)
Álex León Ramírez,
abogado, Guayaquil
He aprendido a necesitar más de Dios, no de los científicos, ni presidentes. Orar más. Compartir. Valorar la vida. Respetar. Obedecer. Servir. Reciclar. Trabajar, estudiar más.(O)
Lourdes Mayorga,
Ambato