Coincido con las opiniones muy importantes de los hermanos ecuatorianos, los sentimientos son duelo, pena, y los nervios alterados, no da sueño de noche, da malestar en todo el cuerpo.
La escasez del dinero para preparar solo una comida al día tiene mal a los jefes de los hogares y los miembros de las familias, en diferentes cantones como en los campos.
Escuchamos en los programas de la comunidad, que los ecuatorianos que se quedaron sin empleo entran en pánico, que no comen. Las amas de casa en las cocinas vacías piden ante las cámaras grabadoras arroz, pan, fideos.
Por otra parte, hogares en las parroquias urbanas que tienen la tarjeta de plástico, o sea tarjeta de crédito, acaparan alimentos y medicinas, los que se pudren ya que no llegan a utilizarse.(O)
Juan Euclides Pico,
Machala