Todos los ecuatorianos tenemos que ser conscientes de que durante la crisis del coronavirus los esfuerzos y recursos del Gobierno Nacional no serán suficientes. Esto no es un problema exclusivo de nuestro país sino de muchos otros.

El aporte de la empresa privada es fundamental para superar la crisis. En España, por ejemplo, las muestras de responsabilidad social y solidaridad no se han detenido, y tanto empresas como personas han apoyado con sus recursos.

Algunos ejemplos: el futbolista Sergio Ramos donó 15 000 tests y 264 000 mascarillas. El Banco Santander ha donado 4 millones de euros para habilitar 2000 nuevas camas en un hospital. Otro banco, el BBVA, donará 25 millones de euros para luchar contra la pandemia y ya ha realizado una entrega de equipamiento médico, respiradores y mascarillas a las autoridades sanitarias.

Empresas automotrices, como Jaguar-Land Rover y Toyota, han puesto a disposición de autoridades y personal sanitario vehículos para traslados a zonas de difícil acceso en las que hay población especialmente vulnerable. Otras, como El Corte Ingles e Ikea, han donado ropa de cama y colchones para la instalación de nuevas sedes de atención médica. Además, Inditex ha donado 300 000 mascarillas y 75 000 buzos de protección y sus plantas de producción han comenzado a confeccionar material sanitario. La aerolínea Iberia ha donado más de 6000 edredones, 1000 almohadas y está preparando también otros materiales como neceseres, cepillos de dientes y otros productos de aseo personal. Finalmente, la farmacéutica Novartis se ha comprometido a donar hasta 130 millones de dosis de 200 mg de hidroxicloroquina genérica para ayudar a frenar el COVID-19.

La falta de recursos sanitarios, económicos y logísticos en Ecuador debería llevar a nuestros gobernantes a pedir la máxima colaboración ciudadana para conseguir los suministros necesarios en los hospitales. La colaboración público-privada es fundamental para Ecuador.

El Gobierno, mediante el Ministerio de Salud, de Finanzas, de Inclusión Económica y Social y la Secretaría de Gestión de Riesgos, debe crear una mesa de coordinación de donaciones privadas e invitar a las grandes y medianas empresas del país a participar en la donación de material de primera necesidad, así como en la gestión propia para hacer frente a la crisis del coronavirus. De esta forma, las ayudas serán las necesarias, gozarán de transparencia y no se duplicarán esfuerzos.

Los poderes Ejecutivo y Legislativo deben poner de su parte e implementar reformas tributarias, laborales y comerciales que permitan derribar las mil trabas que existen para hacer negocios en el país. Si es así, este puede ser el año en que las empresas aceptarán no tener amplias utilidades, pero sí en el que se dieron importantes cambios legales y en el que habrán ganado algo invaluable: el respeto y cariño de miles de ecuatorianos que se recuperarán del COVID-19 y de millones que no se contagiarán.

Como ecuatoriano y columnista, tengo la esperanza de escribir en pocas semanas una columna similar, pero con las reformas del Gobierno y los actos de solidaridad de la empresa ecuatoriana.

#UnidosResistiremos (O)