Todos sabemos desde hace varios años que el mundo digital está presente en nuestras vidas, la mayoría hemos hecho alguna compra on line, consultado nuestras cuentas bancarias o hemos buscado una dirección en Google maps, lo cual nos ha permitido saborear algo de ese mundo virtual.
No obstante, en estos días ha surgido una interrogante: ¿estamos realmente preparados para vivir en un ecosistema digital?, el último evento de escala mundial, llamado Pandemia por coronavirus ha evidenciado que no. Definitivamente no estamos preparados, y no hablo solamente de nosotros en el Ecuador, sino en muchos países del mundo.
Pero, antes de darnos, látigo en la espalda, sin pensar, analicemos por qué no estamos preparados. Veamos qué han hecho las instituciones en este ámbito, para saber por qué no estamos listos para vivir en este nuevo ecosistema.
Empecemos con el Gobierno. La mayor parte de sus instituciones están llenas de trámites burocráticos y presenciales, algunas han avanzado con consultas telefónicas, pero la mayoría de las veces debemos hacer largas filas durante varios días para poder concluirlos.
Continuemos con las instituciones educativas, sean éstas, públicas o privadas, casi ninguna, salvo la Universidad Técnica Particular de Loja, están listas para cambiar el switch rápidamente hacia una educación on line. En estos días he visto a profesores y alumnos patalear con claves y plataformas informáticas que no están acostumbrados a utilizar.
Llevamos dos ámbitos; prosigamos con el sistema financiero; por una parte, ha habido grandes avances acompañando a sus clientes poco a poco en la evolución de las transacciones físicas hasta llevarlos al ambiente digital, logrando hacer transferencias, pagos de tarjetas, préstamos, pagos de servicios, etcétera, y ese ha sido un gran paso; sin embargo, cuando se mira casa adentro, las actividades que realizan los colaboradores aún no están listas para dar el gran salto hacia el mundo virtual y el home office o teletrabajo aún está sufriendo ajustes.
Ahora les toca a las empresas comerciales y de servicios, ¿cuántas de ellas realizan sus ventas de manera on line?, seguramente no llegan ni al 25 % de las empresas en el Ecuador, dejando por fuera una gran cantidad de productos o servicios que no llegarían al consumidor sino es de forma presencial. Hay que felicitar a aquellas que, incluso, han incentivado las compras virtuales, ofreciendo descuentos a los clientes que utilizan este medio.
Aunque hemos visto que tanto el Gobierno, las instituciones educativas, las empresas financieras y las no financieras están algunos pasos atrasados en la evolución hacia el mundo digital, considero que el principal problema no está en dichas instituciones, el mayor problema está en nosotros mismos, en aquellos ciudadanos que aunque tenemos en la mano, casi siempre, el celular de vanguardia, y pasamos viendo las redes sociales de moda, no somos capaces de empezar a aprovechar la tecnología para introducirnos en el ecosistema virtual y de esta forma hacer más eficientes nuestras propias actividades.
Hoy podemos hacer una gran cantidad de cosas de manera virtual, como las transacciones bancarias, compras de víveres, estudios, consultas médicas, trámites públicos, entre otros, pero muchos siguen prefiriendo hacer largas filas, quejándose de lo ineficiente que es el sistema de atención de las empresas.
Pese a las consecuencias negativas que nos ha dejado el coronavirus, debemos rescatar que nos ha alertado de lo atrasado que estamos en el mundo digital y que, ante un aislamiento obligatorio, hubiera sido fabuloso estar preparados para seguir con normalidad nuestras actividades en el ciberespacio.
Aprendamos esta fabulosa lección y empecemos a caminar esta increíble experiencia on line, con la cual, incluso ganaremos tiempo para nuestras actividades físicas más importantes, como son los momentos compartidos en familia.
Por mi parte, comenzaré enviándoles a todos ustedes un fuerte abrazo virtual. (O)