Debería ser para un gobierno algo vergonzoso que un grupo de ciudadanos esté en las calles solicitando el pago de sus pensiones. Pero esa solicitud se vuelve más vergonzosa cuando estos ciudadanos son personal militar pasivo, que sirvió a su país dispuesto a ofrecer su vida –en su debido momento– por la defensa de su territorio.

Pero y qué podríamos decir de cómo debería sentirse el personal activo al ver que en un futuro también podría estar solicitando el pago de sus pensiones. Penosamente hay que reconocer que en estos últimos cinco años el Issfa, Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas del Ecuador, ha venido deteriorándose cada vez más en el pago de las pensiones; situación que no ocurría en épocas pasadas. ¿Debido a qué ocurre esto?, por dos factores, el primero, el incumplimiento de las transferencias de la aportación estatal que por obligación debería realizarla el Gobierno Nacional; y el segundo punto, el desinterés, la apatía y el abandono al personal militar pasivo. Tuve la suerte de ser parte del Issfa, años anteriores y compartir en mesas de reuniones, se podía sentir, decir y ver cómo existía preocupación por nuestro Instituto, manteniendo, coordinando y hasta exigiendo el aporte oportuno de las aportaciones que debía realizar el Gobierno Nacional al Issfa. Se diría que eran “otras épocas” donde todos estaban a la cabeza del Issfa batallando para que su Instituto esté fortalecido y ofreciendo prestaciones y servicios sin contratiempos a sus afiliados. ¿Quiénes son responsables de cómo se encuentra el Issfa?(O)

Carlos Jaime Chavarría Calderón,

militar (SP), Guayaquil