Junto al parque Centenario, en Guayaquil, ayer protestaron estudiantes, trabajadores e indígenas, exigiendo la derogatoria de los subsidios a la gasolina y la renuncia del presidente y sus ministros. Más tarde, la avenida 9 de Octubre se cubrió de celeste y blanco por la multitud que acudió a la Marcha por la paz, convocada por el exalcalde Jaime Nebot y ratificada por la alcaldesa Cynthia Viteri.
La concentración, efectuada el día en que Guayaquil conmemora 199 años de independencia, fue una manera de recordar la gesta libertadora del pueblo guayaquileño, que ahora pide paz.
En Quito también tuvo lugar una multitudinaria marcha pacífica, la del movimiento indígena, que llegó al centro histórico. Sin embargo, las consecuencias de las protestas se siguen sintiendo: la Cruz Roja Ecuatoriana anunció que suspende la atención de ambulancias y paramédicos por falta de garantías para su personal; el Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables informó que por la afectación a instalaciones petroleras, el Estado ecuatoriano dejó de percibir ingresos por $ 12,8 millones; y el vicemandatario declaró que no se dará marcha atrás a las medidas adoptadas porque peligra la dolarización.
Ecuador no puede seguir sumando daños y pérdidas; por el bien de todos, necesitamos diálogo y propuestas para recuperar la paz. (O)