Vale la pena desgastarse por el amor y mucho más por el amor perfecto madurado en la cruz. Pablo de la Cruz fue una semilla fiel en el surco de la Iglesia católica, su vida la enraizó en Cristo y por ello no sucumbió al oleaje del mundo, resistiendo y respondiendo siempre con la luz del Evangelio.

La Congregación de la Pasión está próxima a celebrar el tricentenario de la fundación de la orden.  Por este motivo se han preparado algunos eventos para recibir las reliquias sagradas del santo patrón y venerarlas en la iglesia y el colegio que regentan los Pasionistas. 

Quiero unirme a esta gran celebración, felicitando a la comunidad de sacerdotes Pasionistas e implorar a Dios que ilumine y bendiga a los miembros de esta congregación para que sigan esparciendo simientes de paz y los mantengan fieles y firmes en su misión, en una entrega total, para transformar y llenar las vidas vacías de sus creyentes a través de la enseñanza de la pasión de nuestro señor Jesucristo.

Que los santos pasionistas cuiden y protejan a todos los niños y jóvenes que se educan en la unidad educativa, progresando siempre en la pasión por Cristo, pasión por la vida. (O)

Mariana Mendoza Orellana,

economista, Guayaquil