En EL UNIVERSO del 29 de julio de 2019, sección Vida y Estilo, apareció la información titulada ‘Diez años mantuvo el nombre de un Libertador”, estoy seguro de que el título lo puso el periodista que redactó la noticia y eso salva de alguna manera el texto de la noticia.

Designar un sitio público con el nombre de un Libertador tiene mucha lógica. ¿Qué otro personaje puede superar a un Libertador? Renegar de esta afirmación no nos dice nada bueno y se trataría de una posición oscura dicha en el contexto de los muchos desaciertos que se cometen en  el país. En la noticia se dice que el presidente Correa le cambió el nombre al MAAC por el de Centro Cultural Libertador Simón Bolívar, que se rotuló el nombre con “letras que fueron implantadas en la infraestructura” –(del  local)–, “pero no en la memoria de los ciudadanos”. Tal expresión intenta ofender la memoria del Libertador... La señora María José Zurita, directora ejecutiva del MAAC, se atribuye la expresión comentada, dando razones sin peso intelectual y manifestando que bajo su gestión se recuperó el nombre original. Que el 19 de julio de 2019 se realizó un sepelio para dar sepultura al nombre que llevó por diez años.

Así, en un salón del MAAC, supuestamente con dineros del Estado, contrataron una funeraria, se levantó una capilla ardiente como en las salas de velación de los cementerios cuando despedimos a un pariente o amigo que partió; toda una “obra teatral” para sepultar el nombre del Libertador. En el trámite de retirar el letrero se observó a una sonriente e inocente joven desmontando las letras. Recuperar un nombre no requería de un ridículo sainete, menos aún ofender a un personaje. ¿Qué piensa de esto la intelectualidad del país, la Cancillería, el Ministerio de Educación y la ciudadanía? Por más repudio a un personaje, lo narrado no puede hacerse en un recinto oficial que es parte de los activos del Estado –que reconoce la grandeza del Libertador– utilizando o no los dineros de todos los ecuatorianos, peor donde se dice que es un centro cultural, que no es tal desde el momento que se vende incultura histórica y se desorienta a la juventud.(O)

Rafael Mendoza Avilés,

abogado, Guayaquil