Contexto

El 10 de agosto de 1979, Ecuador asistía a la posesión presidencial de Jaime Roldós, un joven abogado guayaquileño que había logrado triunfar con más de un millón de votos en la segunda vuelta sobre el candidato de la derecha, Sixto Durán Ballén. Con este acto el país dejaba atrás casi diez años de dictaduras tanto civiles como militares, uno de los periodos más extensos de dictaduras que se habían vivido en nuestra historia republicana.

La difícil convivencia con el populismo

El periodo dictatorial tuvo su inicio con el autogolpe realizado por el presidente Velasco Ibarra en 1970, algo característico de su proceder político; la dictadura de Ve lasco estuvo marcada por un alto grado de conflictividad social. En 1972 el viejo caudillo fue depuesto por un pronunciamiento militar dirigido por el general Guillermo Rodríguez Lara, el conocido Carnavalazo. Rodríguez denominó a su gobierno como nacionalista y revolucionario; el eje de su política fue la dinamización del aparato estatal, fuerte inversión en obras públicas, todo gracias a los copiosos ingresos producto del boom petrolero. El agotamiento del régimen de Rodríguez Lara lleva a que sea desplazado por un movimiento interno desde los propios militares en el año de 1976; toman el poder los representantes de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, que prometen el retorno a la democracia.

Militares retornan a sus cuarteles

El Triunvirato militar también se puso como objetivo contener el desborde del movimiento popular que se había traducido en numerosas huelgas de las centrales sindicales, del gremio de estudiantes, maestros y sectores campesinos, y crear las condiciones para la imposición de un nuevo sistema democrático, con la característica que era armado desde arriba, una especie de tutelaje. El régimen le llama a todo este proceso transitorio el de Reestructuración Jurídica, se crean comisiones especiales con delegados de la sociedad civil para la elaboración de los proyectos constitucionales, las leyes de elecciones y partidos políticos y otros cuerpos legales, todo bajo la atenta mirada de los militares.

Cuarenta años. Preguntas

Aunque las dictaduras ecuatorianas no se pueden comparar con las sanguinarias del Cono Sur, sí fueron represivas y autoritarias, ejemplo de ello son los decretos antiobreros que limitaban la actividad sindical, los desalojos violentos a los trabajadores en huelga, limitaciones a la libertad de expresión, como censura de prensa, detención de periodistas, se le quitó la personería jurídica a la UNE, detención y expulsión de sacerdotes extranjeros en agosto de 1976, la oprobiosa matanza de Aztra en octubre de 1977 y el asesinato del economista Abdón Claderón, candidato a la presidencia de la República.

En este marco de autoritarismo y periodo de incertidumbre política, ya en el tramo final de la dictadura se realiza un referéndum en enero de 1978, en el que se aprueba una nueva Constitución política y posteriormente las dos vueltas electorales (julio de 1978 y abril de 1979), mecanismo que se utilizó para trasladar el poder al control civil. De este proceso emerge ganador el abogado Roldós, que concentró la esperanza de todo el país que asistía al renacimiento de una democracia que hoy, cuarenta años después, sigue su camino lleno de obstáculos pero también de esperanza. (O)