Siendo las fiestas de Guayaquil, debería quedarme con temas de mi ciudad y celebrarlas a lo grande. Pero no soy solo guayaquileña, soy también ecuatoriana y por eso me incumbe cualquier otro tema de mi Ecuador. Es por eso que me referiré sobre lo que hace pocos días aconteció entre el alcalde de Quito, Jorge Yunda, y el periodista del medio digital La Posta Luis Vivanco. En la red social Twitter, Vivanco y Yunda tuvieron un cruce de comentarios.

Realmente la actitud del alcalde no fue la de un funcionario público que desea mantener una comunicación cordial con sus ciudadanos. Todo comenzó cuando Luis Vivanco escribió unos tuits sobre la gestión de Jorge Yunda, Vivanco fue atacado por trolls que apoyaban y defendían el trabajo del alcalde, pero mientras lo hacían, insultaban a la familia del periodista. Decían que él solo criticaba a Yunda porque La Posta no tiene pauta del Municipio de Quito. Vivanco comentó sobre el ataque de los trolls, al puro estilo correísta, “funcionando a favor de Yunda”. El alcalde le contestó (en modo metáfora de Titanic) que estaba “muy ocupado tratando de salvar el barco” y que él (Vivanco) le paraba “mucha bola”. El periodista le comentó que se ponga pilas porque si se iba a pique, se iban a pique todos. Yunda replicó que él encontró todo como está, que todos tenían que tratar de salvar el barco y que no había plata para pauta.

Grosera contestación, fuera de lugar y como diría todo “buen” correísta, de ¡muy mala fe! ¿Qué tiene que ver que no haya dinero para adquirirle publicidad al medio digital La Posta? Con eso no solo pone en duda el profesionalismo del medio sino del periodismo en general. El periodismo honesto, aquel que sobrevivió a la dictadura de Rafael Correa por más de 10 años, el que no calló, el que soportó juicios, acosos, amenazas, insultos y en muchos casos hasta quebró o fue sometido por una pauta… ese periodismo no se vende, señor Jorge Yunda.

Por otro lado, permítame decirle algo, Luis Vivanco o cualquier otro ciudadano (periodista o no) puede pararle poca, más o menos o mucha bola. Le recuerdo el artículo 11 de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la OEA: “Los funcionarios públicos están sujetos a un mayor escrutinio por parte de la sociedad”. Los funcionarios públicos deberían hacer planas completas sobre este artículo porque cuando sus mandantes los critican u opinan sobre su gestión se hacen los ofendidos e indignados, cuando es obligación de ustedes escuchar y responder a los ciudadanos.

Espero que mis hermanos quiteños sigan muy de cerca la gestión de su alcalde porque ya no es momento de ver al pasado, ni de saber quién mismo “estrelló el barco contra el iceberg”, peor de gastar dinero en canciones de “no hay plata para pauta” para responderle a Vivanco por las radios. Es momento de trabajar y mirar hacia el futuro para que por fin se resuelvan, por lo menos, los problemas más urgentes de su ciudad. ¡Que nunca haya plata para faltar el respeto, señor alcalde, sí para construir! (O)