Los resultados de producción de la palma africana en Quinindé, Esmeraldas, desde el 2017 y 2018, fechas que el Ecuador no ha importado el aceite crudo para elaborar aceite comestible, margarinas, grasas vegetales, grasas especiales para panificadores y pastelería, jabones, cosmética y detergentes, ha sufrido una gran baja y las familias han abandonado este negocio al despedir personal y tener que realizar otros tipos de sembríos, lo cual es penoso por cuanto los palmicultores no quieren tener tierras ociosas, lo que es atentatorio para el cumplimiento del artículo 281 de la Constitución, sobre la seguridad alimentaria.

De no existir por parte del Gobierno ecuatoriano el acceso a créditos pagables –muy a pesar de nuestra Reforma Agraria de 1966, por cierto, caduca hasta la fecha– estamos propensos a no realizar actividad agrícola con excelencia. Las enfermedades diezman a este sector productivo, como la PC (pudrición del cogollo), y ocasionan bajas en las exportaciones del aceite de palma. En Europa, los gobiernos se preocupan de realizar fumigaciones a fin de proteger esa deforestación. 

El Acuerdo de París alcanzado en la conferencia de 21 países y el Congreso Mundial de la Naturaleza celebrado en Hawái en el 2016 sobre la mitigación de los impactos de la expansión de la palma de aceite y de las actividades ligadas a su cultivo sobre la biodiversidad, consideraron que existen factores que impulsan la deforestación mundial, entre los que figuran la producción de productos básicos agrícolas como la soya, el maíz, el aceite de palma. La Unión Europea (UE) ha acordado en el marco de la Declaración de Nueva York sobre los bosques, ayudar a cumplir el objetivo del sector privado, eliminar la deforestación causada por la explotación de productos agrícolas (tales como del aceite de palma, de soya; de los productos de carne vacuna, a más tardar para el año 2020). Se prevé un aumento de la demanda de aceites vegetales en general, estimándose que el de palma se duplicará en el 2050 que, desde los años 70 hasta hoy, el 90 % del crecimiento de la producción de aceite de palma se ha concentrado en Indonesia y Malasia; que el cultivo de la palma de aceite está avanzando a otros estados asiáticos, África y América Latina, donde la creación de nuevas plantaciones es continua y se extienden las existentes; y puede contribuir al desarrollo económico de los países siempre que se lleve a cabo de forma responsable y en condiciones estrictas para el cultivo sostenible. El aceite de palma representa el 40% del comercio mundial de todos los aceites vegetales y la UE importa 7 millones de toneladas al año, es el segundo importador mundial. En Ecuador para favorecer a los palmicultores deben reducir impuestos, dar bajas tasas de interés.(O)

José Arrobo Reyes,

economista, Guayaquil