Desde hace muchos años se viene hablando sobre el daño que hacemos al planeta en el que vivimos y cuyas consecuencias se palpan en la destrucción de la capa de ozono, en la gran cantidad de huracanes destructivos que se abaten sobre, especialmente, Norteamérica y el Caribe; en las torrenciales lluvias que inundan numerosas ciudades; en el deshielo de los polos; en la deforestación; los incendios que destruyen miles de hectáreas.
¿Qué hacemos para revertir esta situación?, algunas protestas con declaraciones de algunas personas que conocen sobre el tema, pero que no son escuchadas, como del ex vicepresidente de los Estados Unidos Al Gore (20 de enero de 1993 al 20 de enero de 2001) y ahí nos quedamos cruzados de brazos. Todos debemos emprender lucha a favor de la Tierra. Empecemos en los hogares, reciclemos lo que pueda ser reutilizable. Separemos la basura: una funda para basura orgánica, es decir, los residuos biodegradables que se descomponen por acción de microorganismos, por ejemplo, cáscaras de frutas, residuos de plantas, de comida, etcétera. Una funda para la basura inorgánica, es decir, los residuos de materiales que no se descomponen o que tardan tiempo en descomponerse, ejemplo, bolsas, empaques y envases de plástico, vidrios, papel; etcétera. Otra funda para productos sanitarios: papel higiénico, servilletas, jeringuillas, pañales, etcétera. También se pueden recoger las pilas AA ya no utilizables, guardarlas en una botella de plástico para enterrarlas en un hueco profundo y hacerles un “sarcófago” de cemento; para que cuando las pilas se degraden, sus contenidos de zinc y carbono no avancen hacia lo profundo del suelo y contaminen las fuentes de aguas subterráneas. Las autoridades deben disponer que en los lugares que expenden pilas se coloquen recipientes para reciclaje, en los cuales los usuarios puedan dejar las pilas gastadas y que los tachos sean entregados a los organismos gubernamentales para su desaparición. La tarea de educar a los ciudadanos en la obligación de reciclar corresponde a municipios y ministerios de Salud y del Medio Ambiente, entre otros.(O)
Julio Calero Garcés,
Guayaquil