La relación poder servicio no es evidente ni clara. Más bien parece haber una contradicción sustancial entre ambos conceptos. ¿Cuando hablamos de empoderar, qué queremos decir en realidad? No me interesa el empoderamiento de las mujeres, porque el poder no está en la mentalidad general ligado al servicio, sino a la autoridad como dominio. Me interesa que cada mujer pueda ser realmente ella misma, sin que le pongan trabas por el solo hecho de ser mujer. Que pueda trabajar, estudiar, elegir, dirigir, opinar sin que el hecho de ser mujer las descalifique o sea considerada menos por eso. Me interesa que las diferencias que aporta sean parte activa y efectiva en la sociedad.

Las mujeres han presidido la Asamblea Legislativa en Ecuador, durante 4 años y la presiden actualmente. ¿Qué cambios sustanciales se han producido en ese ejercicio? ¿Qué han aportado para marcar una diferencia en la manera de hacer política? Y lo más grave, las 3 últimas destituciones de asambleístas tienen que ver con la corrupción, es decir, la utilización del poder en beneficio propio. El beneficio puede ser dinero, influencia, proyección, tratamiento especial. Y las destituidas fueron mujeres. Se utilizaron coimas, regalos, presiones, fraudes, sobornos, nepotismo.

Por eso es tan importante el cómo se realizan las cosas, allí se marca la diferencia. ¿Se trata solo de ocupar puestos que históricamente han sido negados a las mujeres, o hay algo más? Dónde está la diferencia? Esa pregunta siempre se las hago a jóvenes mujeres que se preparan para ser políticas y no tienen claro cuál es la clave de ese hacer diferente.

Es evidente que el mundo debe ser organizado de otra manera, las múltiples crisis y hechos vandálicos dan cuenta de ello. Desde la situación en Venezuela, las matanzas en Nueva Zelanda y en Brasil, hasta los jóvenes manifestándose frente al cambio climático. Y lo que sucede en nuestro país, que termina por dar una sensación de hastío y cansancio.

Hace muchos años, en 1974 en un congreso realizado en Londres “Más Allá de las Tecnologías Alternativas”, Skolimowski hablaba de un humanismo ecológico. Las ideas humanas tardan en hacerse realidad en el tejido social, pero germinan y de pronto se convierten en fuerzas arrolladoras. Decía que debemos aprender a ver y vivir en el mundo como en un santuario, no para saquearlo, sino para cuidarlo, mimarlo, admirarlo. Que debemos ser los guardianes de este planeta azul, no consumidores desaforados de sus inmensas riquezas que están en sutil equilibrio de vida con todo lo que existe. Que el conocimiento está relacionado con el crecimiento espiritual, y que los valores son el lazo oculto de las relaciones entre nosotros y de todos los sistemas existentes. No son una materia más, algo de lo que se habla, que hay que aprender en clase, pero se deja en un cajón a la hora de trabajar, participar en la política, atender a un paciente.

En vísperas de elecciones, además de preguntarnos para qué sirve el CPCCS, la pregunta de cuya respuesta depende nuestra elección de las diferentes autoridades es: ¿Cómo lo harán?

Tenemos muchas urgencias en estas elecciones. Lo que conocemos de cómo han actuado las personas y sus equipos es una guía importante al momento de elegir. No solo lo que dicen sino lo que han hecho, lo que hacen y CÓMO lo han hecho. (O)