Las computadoras, los teléfonos celulares, el internet y las redes sociales se han convertido en herramientas útiles e indispensables para el trabajo y el entretenimiento.
El uso excesivo de estos equipos electrónicos y medios de comunicación social ha generado en nuestras vidas diversos comportamientos: la conducta compulsiva o la forma descontrolada de usar la tecnología, al igual que otras adicciones; aparte que crea problemas psicológicos, también afecta el contorno familiar, laboral, social y económico, sobre todo la salud. Es importante reconocer la adicción y buscar una solución.
Casi todos los hogares tienen al menos una computadora, un teléfono celular de última tecnología, que es inevitable la conexión a internet. La facilidad de información y comunicación por las redes sociales al tener todo a la mano sin controles, estar cómodo en algún lugar de la casa u oficina, crea un hábito de dependencia tecnológica. El envío de mails, conversaciones por chat han reemplazado por completo los encuentros personales. Es decir, más tiempo compartimos con dispositivos electrónicos que con las personas de modo presencial.
La adicción al internet genera cambio de humor, ansiedad por estar horas frente a la computadora, teléfono celular; impaciencia e irritabilidad por la lentitud de la conexión inalámbrica o wifi. Muchos utilizan los teléfonos celulares de última tecnología como despertadores, a su vez es tentación para revisar el correo, las redes sociales o las noticias. Los especialistas aconsejan dejar de utilizar el teléfono celular y adquirir un reloj alarma, despertador.
En el transcurso del día, la tentación de examinar los mails o nuevos mensajes por redes sociales interrumpe la concentración. Por ello debe fijar una hora para revisar el buzón del mail, dado que no necesita estar conectado todo el tiempo. En horas de servirte algún alimento el celular es un “utensilio” más de la mesa, y estás a la expectativa de que suene o vibre, perdiendo la conexión directa con la comida y con las personas que te rodean y contigo mismo. No es el hecho de dejar de usar la computadora, el teléfono celular o el internet para liberarnos de alguna de las adicciones, sino encontrar un equilibrio entre la vida real y la digital. A veces olvidamos vivir físicamente, pero vivimos cada vez más electrónicamente.(O)
Roberto Gabino Camana Fiallos,
magíster en Informática; Ambato, Tungurahua