“¿Por qué te salió enfermito?” me pregunta la gente, al ver a mi hijo Oliver. Mi hijo no es “enfermito”, las personas con síndrome de Down ¡no están enfermas! Tienen un trastorno genético que provoca discapacidad intelectual y física, como problemas al corazón, tiroides, visuales, etc. “Enfermos” son los que roban, violan y matan.

Otros le dicen, “retrasadito”, de manera despectiva. Todos estos comentarios me lastimaban y al principio hasta me avergonzaba; al punto de sacarlo cubierto con una manta para esconderlo del ojo crítico de las vecinas.

Luego, pensé: “Si yo que soy su madre, me avergüenzo de él, ¿qué puedo esperar de los demás?”. Ahora sé que con el estímulo adecuado, a futuro, ellos pueden desenvolverse con autonomía en la vida social, familiar, educativa, laboral e incluso alcanzar grandes logros en el mundo del arte, como Pablo Pineda, actor español con síndrome de Down, premiado como mejor actor en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián en el 2009. Todos tenemos metas para nuestros hijos y aunque mi Oliver tiene 3 años, mi sueño es que sea futbolista. El primer futbolista con síndrome de Down de la selección ecuatoriana.

Invito a las madres con niños con este síndrome a trabajar por el bien de sus hijos desde temprana edad, pues he visto casos en que los tienen de la cama al corral, del corral a la cama, como una mascotita. Y cuando son adultos no pueden ni comunicarse.

Eso se corrige con el estímulo a tiempo. Existen lugares como en el hospital Los Ceibos del Seguro, con especialidades en todo lo que necesita un niño con síndrome de Down: neurología, fisiatría, otorrinolaringología, psicología y oftalmología.

Estoy agradecida con el nivel, tanto profesional como humano, de los fisiatras del hospital. Antes de que reciba las terapias físicas, acuáticas y de lenguaje, Oliver pasaba acostado todo el día, boca abajo y no se movía. Ahora él se baja del mueble y se pone de pie solo; eso para un padre es emocionante. Además cuando dijo “mamá” sentí una emoción única. Esto en solo seis meses.

Hacerlos atender desde bebés sirve para mejorar su salud, permite desarrollar sus capacidades, para que puedan ser incluidos en la sociedad como cualquier persona. (O)

Viviana Alay,

Guayaquil