Ni bien llegaron al poder “revolucionarios” convocaron a una consulta para aprobar la creación de una Asamblea Constituyente. ¿Cuánto le costó al país dicha consulta? Después convocaron a elecciones de asambleístas constituyentes, ¿cuánto le costó al país dichas elecciones?

Elegidos los nuevos asambleístas constituyentes, les construyeron una casa nueva en Montecristi, provincia de Manabí, tan solo para que allí sesionen y redacten la nueva Constitución, y después el edificio quedó abandonado. ¿Cuánto le costó al país esta construcción innecesaria? Redactada la nueva Constitución convocaron a una nueva consulta para preguntarle al pueblo si estaba o no estaba de acuerdo con la Constitución que elaboraron. ¿Cuánto le costó al país esta otra consulta? Cuando asumieron el poder encontraron quince ministerios; en la actualidad hay muchos más. ¿Acaso esto no produjo la obesidad del Estado? Había 22 provincias, después dividieron a las dos más grandes Guayas y Pichincha, y de ellas salieron Santa Elena y Santo Domingo de los Tsáchilas; y por lo mismo convocaron a elecciones para elegir a las nuevas autoridades de estas nuevas provincias (prefectos y asambleístas), y por su parte crearon más cargos burocráticos (gobernadores, intendentes, directores provinciales de los ministerios, etcétera). ¿Acaso esto no contribuyó aún más con la obesidad del Estado? Volvieron a realizar otra consulta para preguntarle al pueblo sobre peleas de gallos, toros, juegos de azar, aborto, etcétera; ¿cuánto le costó al pueblo esta otra consulta? En cada provincia, refiriéndome solo en el área de educación, había un director provincial que ganaba sobre los 1.000 dólares mensuales, después eliminaron las direcciones provinciales y crearon las direcciones distritales (en Los Ríos hay seis) con un sueldo de casi 3.000 dólares mensuales. Con respecto a la obra pública, esta no se priorizó en lo absoluto, pues se construyeron elefantes blancos en lugares donde no son necesarios, desatendiéndose a sectores que necesitan con la urgencia obras públicas y para colmo muchos de estos edificios ya no sirven. Por citarles solo un ejemplo, en Babahoyo, que es la capital de la quinta provincia del país, donde hay Corte Provincial de Justicia, Tribunal de Garantías Penales, unidades judiciales, Fiscalía Provincial y varias fiscalías cantonaleas, no se ha construido un edificio o casa judicial sino que funcionan en lugares arrendados y distantes unos de otros. ¿Acaso esto no es despilfarro?(O)

Pedro Eusebio Chichande Ortega,

abogado; Babahoyo, Los Ríos