Es una reacción física, psicológica y biológica que se produce cuando una persona deja de consumir sustancias como las drogas, el alcohol, tabaco u otras adicciones que afectan en algunas ocasiones al sistema nervioso central. Estas sustancias adictivas poseen compuestos químicos encargados de desencadenar en los centros cerebrales placer y satisfacción, lo cual permite expresiones de entusiasmo, alegría y en algunas ocasiones bienestar, por este motivo lo emplean cuando presentan tensiones o emociones negativas de descontento hacia su persona. Cuando se le suspenden, en su inicio de su rehabilitación, la persona comienza a sentir ansiedad, nerviosismo, alucinaciones, sudoración, temblores, escalofríos, dificultad para dormir, vómito y otros síntomas que en conjunto conforman lo que se denomina el síndrome de abstinencia. Es importante que los familiares y el personal médico observe los síntomas descritos, una revisión física por un especialista de urgencias, exámenes toxicológicos para detectar la presencia de las drogas usadas con la finalidad de que el especialista pueda comenzar un tratamiento con medicamentos apropiados de acuerdo a la cantidad y tiempo de consumo, evaluándolo y monitoreando el control psíquico y mental de cada paciente.

Las instituciones certificadas de rehabilitación en países desarrollados ofrecen terapias de conducta dados por especialistas médicos, psiquiatras, enfermeras, trabajadores sociales, etcétera, que trabajan con los adictos en habilidades de enfrentamiento de problemas, colaboración en comunicación, terapias de manualidades, artísticas, musical y de deportes e inclusive hacen paseos, sea a la playa o la montaña, para su recreación.

En la ciudad de Guayaquil días atrás hubo un episodio muy lamentable, donde perdieron la vida 18 adolescentes producto de la desesperación dada por el síndrome de abstinencia de un interno que prendió fuego a su colchón provocando este lamentable suceso, en una casa que ilegalmente funcionaba como centro de rehabilitación, sin la debida norma de bioseguridad. El problema es mayúsculo, ya que la mayoría de estos centros por la noche quedan al cuidado de otros internos que están más tiempo en ese sitio de rehabilitación, donde tienen la oportunidad de salir, dejándolos con candado y cerramiento total, para que no puedan escapar los internos, sin que haya personal profesional y de apoyo que haga guardia para que controlen cualquier situación imprevisible, como ocurrió ese viernes fatal.

Es hora de que las autoridades construyan en nuestro país clínicas de rehabilitación con toda la infraestructura sanitaria y con normas de bioseguridad con personal altamente calificado, como existe en otros países, solo así podemos darles una oportunidad de rehabilitarlos e insertarlos nuevamente a la sociedad con ayuda principalmente de la familia, ya que son ellos como co-adictos queienes tienen como tarea apoyar con amor y paciencia a sus seres queridos que por su debilidad y baja autoestima caen en esta cruel enfermedad que es la drogadicción.

“En cuanto un adicto accede a una forma de satisfacción más profunda, de la que es posible mediante un comportamiento autodestructivo, se abrirá ante él el camino de salida, de manera natural”, Deepak Chopra. (O)