La Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por las Naciones Unidas cumple 70 años. Los valores promulgados sobre la equidad, la justicia y la dignidad humana, sin importar color, religión, sexo, idioma, ideología, nacionalidad, estatus económico o social, u otra condición, han sido acogidos a nivel mundial, aunque aún existen millones de personas en el mundo cuyos derechos son conculcados.

Los problemas de diversa índole, ya sean políticos, económicos, la migración, etc., ponen a prueba la tolerancia, la compasión, la solidaridad, el respeto hacia nuestros congéneres; igual situación ocurre en el ámbito de la comunicación digital y la emisión de infinidad de contenidos que evidencian deficiencias éticas en la formación de las personas; por ello desde las instituciones educativas se debe promover el pensar y actuar de manera más humana, respetar la diversidad, adquirir conciencia del cuidado ambiental y favorecer prácticas orientadas a lograr un equilibrio social e intercultural.

Respetar los derechos inherentes a todos los seres humanos es una exigencia de ética universal y de justicia, que la debemos demandar en lo personal y en lo colectivo. (O)