Sin clientes no hay negocio. Así de simple. Ahí radica la importancia de mantener una adecuada y estrecha relación con ellos. Pero para la mayoría de emprendedores la pregunta recurrente es ¿cómo?
Bueno, de mi experiencia como empresario y catedrático puedo compartirles algunos trucos que pueden marcar la diferencia. Hay que tener en cuenta lo siguiente:
1. Los clientes no solo te buscan por tus productos. Siempre quieren un valor agregado. Y en estas épocas de la información y comunicación en tiempo real, el cliente busca que se le ofrezcan canales de comunicación en los que pueda estar al tanto de novedades sobre tu producto o servicio; poder ser parte de la comunidad que se forma alrededor de estos y dar su opinión o ver la opinión de otros al respecto.
2. Con base en lo anterior, debemos tomarnos el tiempo y tener la paciencia para establecer el tipo de relación que queremos tener con el cliente y la forma en la que vamos a gestionar esa relación.
3. Debemos recordar que no todos los negocios son iguales, ni todos los clientes exigen lo mismo. Y hay algo que deberíamos escribirlo, leerlo y recordarlo a diario: “En un negocio, lo importante no es solo vender, sino construir una relación con el cliente”.
4. Y como lo que se siembra se cosecha (y en temas de relaciones también), una relación se siembra. Para esto es vital que el emprendedor se tome el tiempo y tenga la paciencia de buscar información y conocer a su cliente. Saber cuáles son sus necesidades, sus hábitos, sus valores y sus gustos. Al igual que en las relaciones interpersonales, las relaciones de negocios requieren de detalles. En el analizar la situación está el secreto.
5. Teniendo esa información, lo importante es adelantarse a lo que ese cliente podría necesitar de nosotros. Si ponemos atención a eso, construiremos una relación de confianza. Debes dejarle en claro que tú trabajas para él y ofrecerle siempre las mejores soluciones.
6. Otra cosa muy importante es tratar de acercarse lo más posible al cliente, sin necesidad de que sea en persona. Para eso debemos tratar de saber qué podríamos automatizar para nuestro beneficio y el del cliente.
7. También es importante desarrollar un tipo de lenguaje o código que le transmita al cliente la sensación de que solamente trabajas para él o que él es tu cliente consentido.
8. Como en cualquier relación (y más si de ella queremos conseguir ganancias) hay que ser muy hábil con los detalles. ¿Cómo? Con lo anteriormente escrito: adelantándonos a sus necesidades; estableciendo ciertas diferencias con la competencia; creando comunidades; comunicándonos con lenguajes cotidianos y hasta llenos de humor.
Finalmente, solo me queda recomendar no dar una imagen que no corresponde al negocio. No aparentar, no mentir.
Realmente la relación negocio-cliente es tan importante como cualquier otra relación humana. Enamorar al cliente es solo el primer paso a un amor eterno o, al menos, duradero. (O)
* Analista financiero.