El bolero, 135 años de música y argumento. En 1883 la mayoría de países latinoamericanos daban sus primeros pasos republicanos, pero no Cuba, en donde todavía se ondeaba la bandera española; en barrios cubanos los trovadores, que eran como juglares, jugaban con las palabras y los sonidos, hacían y deshacían creando música y poesía.
Las palabras y la música pulularon en el cerebro de José Sánchez, quien creó el primer bolero Tristezas; una poesía corta a la mujer. Nunca recibió educación musical, pero esto no le impidió cumplir sus sueños, en el día se empleaba como sastre para atender las necesidades de su familia, en las noches era músico; murió en 1918, pero para esa fecha el bolero había trascendido fronteras. Si Cuba fue cuna del bolero, México sería su catapulta con boleristas importantes como Guty Cárdenas, Consuelo Velásquez, trío Los Panchos, Jorge Negrete..., Agustín Lara (este es el compositor más prolífico con más de 700 canciones de su autoría). En la década del 40 la industria cinematográfica mexicana vivía su mejor momento y esto ayudó al bolero a florecer. En 1948 Pedro Infante inventaría un nuevo estilo, el bolero ranchero, con la canción Amorcito corazón. Otro fenómeno social que contribuyó a la expansión del bolero es la radio que marcó una nueva forma de entretenimiento con las radionovelas y la música romántica. Ecuador aportó al mundo del bolero con grandes voces como las de Julio César Villafuerte, Luis Enrique Bowen, Plutarco Uquillas, Olimpo Cárdenas, entre otros. Sin embargo, nuestro legado más importante es Julio Jaramillo, quien interpretó el bolero Nuestro juramento, esta canción le dio la fama internacional y una nueva identidad porque la gente le dio el apodo de Mr. Juramento. Nuestro juramento ha mutado a otros estilos, pero la voz dulce de JJ y el sonido provocado por la interacción de los dedos con las cuerdas de la guitarra prevalece.
Muchos géneros han surgido y desaparecido en 135 largos años, pero el bolero sigue vivo porque los sentimientos, las historias, el argumento impregnado en sus letras no lo dejan morir. Salud por el bolero.(O)
Wendy Nathaly Zambrano León, Guayaquil