La corrupción no es de los partidos políticos, en particular es de la gente; es decir que mientras haya gente habrá corrupción. Eliminarla es imposible, bajar sus índices es difícil y sus resultados se mirarían a mediano o largo plazo. Una medida por tomar sería endurecer las penas y las multas, pero es contraproducente porque además saldrían ganando otros por las coimas, a mayor pena mayor la coima. Obligar a resarcir económicamente los daños causados, como en los sobreprecios de obras, ayudaría, pues por temor a pagar dinero, los actuales políticos harían las cosas bien. Pero por desgracia los jóvenes han visto en la política la forma más rápida de hacerse millonarios.(O)
Carlos Guillermo Zurita Aldás, Guayaquil
Indudablemente hay que dar en todo instante un buen ejemplo, insistiendo sobre valores morales, cívicos, sociales, religiosos y espirituales; todo esto enmarcado dentro de una ética del momento, pues no se puede ahondar en principios tan indispensables o básicos para el ser humano, si no se toma en cuenta la época en que vivimos. Hay que comenzar a conformar una nueva sociedad más humanizada y solidaria, más respetuosa y responsable (puntual, honrada y leal), desde nuestros hogares y en la escuela y luego controlar a los jóvenes durante la instrucción colegial y la universitaria. Solo de esta manera tendremos nuevas generaciones que formen una mejor sociedad, con profesionales que sabrán gobernar correctamente sin corrupción, por el bien de todos quienes vivimos y amamos a nuestra querida patria, el Ecuador. Emulemos todo lo bueno, así sea de un perro; y lo malo, ni de la mamita.(O)
José Ortoneda Sánchez, Bahía de Caráquez, Manabí
Los niños, los adolescentes, los jóvenes se enteran desde sus celulares y computadoras de las corrupciones y todas las cosas insólitas que pasan en el mundo. En los casos sonados de la política, el deporte, etcétera, de actos corruptos; las nuevas generaciones ven malos ejemplos y pueden pensar que para qué deben prepararse si es fácil tener dinero mintiendo, estafando, robando. Las personas en los hogares aprenden a tener o no tener valores y ética. Primero las casas educan y después las escuelas. Los valores los da la familia.(O)
Renato Vergara, Machala, El Oro