La historia reconoce la importancia estratégica que el 9 de Octubre de 1820 tuvo para el avance de la lucha libertadora en América del Sur y, particularmente, para la independencia de la Presidencia de Quito del dominio español. Pero es, fundamentalmente, la fecha en la que Guayaquil asumió la responsabilidad sobre su destino.

Desde entonces, la ciudad se convirtió en hogar acogedor y en fuente de desarrollo económico, al que llegan cada día ecuatorianos de todos los sectores del país, en busca de mejores condiciones de vida, lo que le da una nueva dimensión al lema “Guayaquil por la patria”.

Hoy, cuando la relación de los habitantes con los espacios públicos ha crecido porque hay más parques y sitios que convocan, es también momento de entender que el destino de la ciudad sigue siendo nuestra responsabilidad y de que comprendamos que convertirla en una ciudad más vivible es tarea de cada uno, por eso tenemos que aprender a utilizar, disfrutar y conservar esos espacios, teniendo claro que son de todos y convertir en práctica diaria las que se proclaman como las virtudes de los guayaquileños: valor, solidaridad, generosidad, liderazgo, fortaleza y libertad. (O)