La mención no es sobre Lenin Boltaire. Para que él sea presidente todo está valiendo. Los medios manejados por el Gobierno y financiados con recursos públicos –todos los ecuatorianos pagamos el costo– dedicaron, en la campaña para la segunda vuelta, lo mayor de todos sus espacios a promoverlo a él y/o agraviar al candidato opositor a la Presidencia de la República.
El referente es Voltaire, el pensador francés del siglo XVIII que se enfrentó al poder político de la Iglesia y las clases dominantes de la época, embriagadas de intolerancia y fanatismo, lo que le significó persecución y reclusión en la prisión de La Bastilla.
Para él, encima de las leyes y de cualquier procesamiento estaba la justicia y la razón, fuentes del irrenunciable derecho a la rebeldía.
Pensaba que “la peor perversión es legislar, gobernar, juzgar desde el sectarismo y la intolerancia, conductas inseparables del imperio de la corrupción”.
Sus discípulos acuñaron una frase –resumen de su pensamiento–: “No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”. Murió el año 1778. Sus restos –el año 1791– fueron trasladados al Panteón de París. Por su fuerza ética es uno de los grandes valores de la humanidad.
Un hecho del pasado
Jorge Salvador Lara relata que el profesor Servio Tulio Moreno, padre de Lenin Boltaire, el año 1962 era legislador conservador, cuando el bloque que él lideraba decidió perseguir la destitución del presidente Carlos Julio Arosemena Monroy, “acusándole de que con sus procedimientos atentaba a la dignidad nacional”. Ese año habían forzado a Arosemena a romper relaciones con Cuba. Fracasó el intento y en julio de 1963, el mando militar fascista derrocó a Arosemena.
Yo conocí a Servio Tulio en otros espacios docentes y políticos. Fue varias veces legislador, en los años 80 y 90.
¿Qué se votó el 2 de abril del 2017?
En la papeleta, elegir presidente y vicepresidente de la República entre dos binomios presidenciales.
En el marco global, se definía, o por el continuismo de una realidad de intolerancia, de atropello y de represión, de falta de transparencia en las cifras de la economía, en la contratación y en los negocios públicos; y, de encubrimiento sistemático de la corrupción; o, por la ruptura de ese continuismo.
Por eso sectores sin afinidad ideológica con el candidato opositor trabajaron con este. Están en las calles, no solo por la tacha de fraude, solo superable por el conteo de votos, primero verificando que son los auténticos –ante el riesgo de no poderse garantizar la cadena de custodia– y que los sufragantes fueron efectivos.
La libertad, la dignidad y el respeto están por encima de cualquier sesgo ideológico.
Amedrentar y criminalizar
Ha sido lo constante en la década de Rafael Correa.
Nacionalidades indígenas, militantes sociales, investigadores, entre otros, han sido los más perseguidos.
En lo reciente, medios no serviles del Gobierno están siendo procesados por la Superintendencia de Información y Comunicación, por no reproducir lo publicado en los medios públicos contra el candidato opositor, cuya fuente fue Página 12, un medio que tuvo tradición hasta que fue asumido –en abril del 2016– por un grupo empresarial de multimedios, controlado por un dirigente sindical del kirchnerismo, Víctor Santa María, titular del Partido Justicialista –el de los Kirchner– en Buenos Aires. Una frase reiterada de él –cuestionando a otros medios– es “no hay medio de comunicación independiente”.
Su periodista estrella, editora de lo publicado contra el candidato opositor que vino al Ecuador a sumarse a la campaña política, es Cynthia García, quien fue editora de la Radio Nacional –estatal– de Argentina, siendo declarada persona no grata por sus trabajadores, por cambiar noticias y fechas, haciendo aparecer “noticias en vivo”, que no lo eran. Su defensa fue: “Mi compromiso es con el proyecto político de Cristina Kirchner”. Ha hecho campaña para la libertad del aborto –en lo que está en su derecho– presentando imágenes de ella con su torso desnudo; y, el 8 de diciembre de 2016 –día de la Inmaculada Concepción– solo colocó sobre su torso una camiseta en la que había sustituido el rostro de la virgen con el de Cristina, señalando “CFK es la Virgen María”. Ese fanatismo del medio y de la periodista con el proyecto político del supuesto socialismo del siglo XXI, versión Kirchner, ¿le daba valor ético y credibilidad al “reportaje” cuya no reproducción se pretende sancionar?
En los días siguientes al 2 de abril, el presidente ha presionado procesar penalmente a Ecuavisa, Cedatos y Participacion Ciudadana, entre otras personas naturales y jurídicas, con su estilo de usar palabras soeces, acusando una supuesta conspiración contra los resultados del proceso electoral de segunda vuelta.
Ecuador y Venezuela, ¿incorruptibles?
Son los únicos países de la Región sobre los que se ha precisado actos de corrupción de Odebrecht, pero nada ha pasado.
USD 33,5 millones habría entregado Odebrecht a alguien del Gobierno ecuatoriano en el proceso de retorno de la empresa al Ecuador, por gestiones directas de Lula, el “amigo” en la jerga de los sobornos de Odebrecht, entre el 2008 y el 2010.
Cuando el 1 de octubre del 2008, Correa –que ocho días atrás había ordenado varios procesamientos contra Odebrecht por evidentes actos de corrupción en el Ecuador– se reunió en Manaos con Lula y Chávez, aceptando reabrir diálogo con la empresa brasilera, Lula expresó: “...si hubo un problema con la empresa será solucionado y continuaremos siendo socios como siempre fuimos”, y Chávez fue enfático: “Odebrecht es un ejemplo de transparencia y merece confianza absoluta”. ¿Será que los de los gobiernos de Ecuador y Venezuela son incorruptibles?
¿Qué piensa lector? (O)
La libertad, la dignidad y el respeto están por encima de cualquier sesgo ideológico.