Uno de los grandes amores que nacen en el alma de los jóvenes es por su colegio, por sus profesores y compañeros. Las alumnas del admirado y desaparecido colegio de señoritas Dolores Baquerizo, que se graduaron entre 1964 y 1965, este año han tomado la posta de una celebración que se realiza cada año en homenaje a su exrectora, la ilustre guayaquileña Dolores Baquerizo Valenzuela, y encontrarse con su hermandad como son sus compañeras. Esta actitud de “las Lolitas” dice muchas cosas.
La forma cómo se llevó el colegio no empezó y terminó un día cualquiera, cada paso fue dejando huellas, fue como una pizarra que no se borra y en la que se fueron escribiendo lecciones, momentos inolvidables y muy positivos que pasaron a sus futuros hogares. Sí, estudiaron un conjunto de asignaturas, pero aprendieron lo más importante que es vivir y el comportamiento de verdaderas damas. Se vistieron con el hábito de la honradez; aquí una anécdota: hacían uso del bar, nadie lo administraba, cada una se servía lo que deseaba.
Rafael Mendoza Avilés,
abogado, Guayaquil