La muerte de la agente Verónica Songor, ocho días después de haber quedado herida de gravedad durante un ataque a balazos contra la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de Socio Vivienda 1, es uno de los casos que reflejan el nivel de violencia que azota al distrito Nueva Prosperina, el de más homicidios en Guayaquil.