Un policía vio desde una de las garitas cómo una mochila fue lanzada hasta el pabellón 2 a las 14:00 del miércoles 2 de febrero e inmediatamente dio la alerta a los demás miembros de seguridad para armar un equipo e ingresar a hacer una requisa.

Unos 10 minutos después, cuando ingresaban los policías y los guías penitenciarios, ya se había desatado la violencia en la Penitenciaría del Litoral.

Eran las 15:00 y entre los pabellones 2 y 3 había disparos. Eran tiros al aire que detonaban miembros de las bandas de Los Choneros y Chone Killer, comentó el general Víctor Hugo Zárate, nuevo comandante de la Zona 8, quien mencionó que gracias a los tres cercos de seguridad que ahora hay en esa cárcel se pudo evitar una nueva masacre.

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El Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) aseguró que no se registraron muertos ni heridos la tarde del miércoles.

Sin embargo, la mochila nunca se recuperó y no se sabe con seguridad qué contenía. Zárate espera que entre lo decomisado horas después en una requisa estén los artefactos presentes en la mochila.

Entre lo decomisado se hallaron dos pistolas, dos artefactos explosivos, 474 municiones, una alimentadora, objetos cortopunzantes y varias herramientas (soldadoras, taladros y más) que permiten a los reos construir garitas y hasta modificar el interior de los pabellones para encaletar armas o droga.

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Esto deja en evidencia que pese a los planes de pacificación y al mayor número de uniformados en la Penitenciaría, los autoridades están lejos de tener el control total de la cárcel más poblada del país.

El gobernador del Guayas, Pablo Arosemena, destacó la presencia de los tres cercos de seguridad, el primero corresponde a los militares que cuidan el perímetro externo de la cárcel, sin embargo, alguien llegó hasta el exterior del pabellón 2 y lanzó una mochila que rápidamente fue tomada por los líderes de ese espacio que alberga a unos 800 internos.

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En la Penitenciaría hay actualmente 200 militares, al menos 20 resguardan la zona del río. Otro grupo resguarda el perímetro externo de los pabellones y otros están en un campamento al ingreso de la cárcel.

El gobernador explicó que hasta que el escáner que habían anunciado que se instalaría para el control de armas y la implementación de los nuevos inhibidores de señal están en manos del SNAI, que es la entidad que debe dar una fecha para que esta nueva tecnología empiece a funcionar.

Además, contó que meses atrás ya se instalaron nuevos inhibidores y que fueron saboteados por los reos. Les dispararon hasta destruirlos.

El plan de pacificación es otro pendiente en materia penitenciaria. Hace seis semanas el Gobierno creó la Comisión de Diálogo y Pacificación del Sistema carcelario. Incluso se trajo a algunos expertos internacionales para que cada 15 días se reúnan y creen un programa para una verdadera rehabilitación.

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Esta comisión se reúne este viernes en Guayaquil y la Policía explica que a sus miembros les darán la seguridad para que realicen su trabajo dentro de las prisiones, sin embargo, el general Zárate aclara que la institución policial no es parte de esa mesa de trabajo.

Los delegados de la Comisión mencionaron hace un mes que se realizaba un censo penitenciario. Este levantamiento de información permite conocer más detalles de la población carcelaria y clasificar a los reos por el tipo de delito, tiempo de condena, enfermedades y demás.

Tras los disturbios en la Penitenciaría, el SNAI cesó del cargo al director de la Penitenciaría, el abogado Wilfrido Resabala. Por ahora, el director de la cárcel Regional, Mario Mendieta, sería también director provisional de la Penitenciaría hasta que se nombre a un nuevo funcionario en ese cargo. (I)