El enfrentamiento entre narcotraficantes por ganar territorio en Ecuador denota otro de sus negocios ilícitos: el tráfico internacional de armas. Inteligencia militar conoce que así como por la frontera norte ingresa droga originaria de Colombia, por el sur entran armas provenientes de Chile y Perú.

En Ecuador se puede hablar de dos categorías de armas; por un lado, están las de fabricación nacional o artesanales que se conocen como “fierro” o “tubo” porque están hechas para permitir un solo disparo por carga; y, por otra parte, están las de alta tecnología, con gran capacidad de descarga de municiones y accesorios para afinar la puntería o eliminar el ruido.

De las primeras, las Fuerzas Armadas han destruido hasta mayo de este año 5.514 armas, la mayoría de ellas incautadas en operativos contra la delincuencia común, pero no hay registro sobre la cantidad de armamento pesado y de última tecnología que poseen las bandas locales, al servicio de carteles mexicanos de la droga, que libran una batalla por el control de territorio en las calles y en las cárceles del país.

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Las recientes grandes incautaciones de droga, como la del pasado 14 de agosto en Los Vergeles, en el norte de Guayaquil, apenas le permite a la Policía tener una idea de lo que los narcotraficantes disponen dentro de sus “estructuras de seguridad”, como describe el coronel Mario Pazmiño, experto en temas de defensa, para asegurar que sus cargamentos lleguen a los centros de acopio y a los puntos de embarque.

440 muertes violentas en la Zona 8, integrada por Guayaquil, Durán y Samborondón; dos casos se reportaron en las últimas horas

Ese día, además del mayor cargamento que ha podido incautar la Policía hasta ahora (9,5 toneladas de cocaína), los agentes también hallaron, tras la fachada de una fábrica embotelladora de agua, 10 fusiles “con poder para destruir a un blindado”, según dijo la ministra de Gobierno, Alexandra Vela.

¿Pero cómo obtienen esas armas? Inteligencia policial sabe que existe un mercado negro en que se pacta la venta o alquiler de armas de fabricación nacional, que muchas veces son usadas para robos. Pero las armas del narco son “un asunto de ligas mayores”, a decir de Pazmiño, donde la tecnología juega un rol fundamental para superar las capacidades de la fuerza pública y de las bandas rivales.

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Pocos días después de la primera sesión del Consejo de Seguridad Pública del Estado en el nuevo gobierno, el ministro de Defensa, Fernando Donoso, explicó que se dispuso la elaboración de un plan integral, encargado a la Policía Nacional, mientras que las Fuerzas Armadas recibieron la orden de mejorar en una de sus funciones: el control de armas y explosivos.

La Policía incautó armas y municiones en un polígono clandestino en Portoviejo. Foto: Cortesía

Donoso aseguró que el Gobierno cambiará la estrategia de control. Además de operativos en calles y carretera, se hará énfasis en las fronteras, pues según la inteligencia militar, gran parte de las armas que circulan en el mercado negro de Ecuador están ingresando por el sur, desde Perú.

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Y también hay armas que están saliendo desde el norte de Ecuador hacia Colombia, como describe la revisa Semana en una radiografía sobre la inseguridad que azota a Bogotá.

“Al aumentar el volumen del narcotráfico, es lógico que cada vez las bandas usen el mejor armamento a su alcance para maximizar la defensa de sus mercancías y para aumentar en territorio su capacidad de intimidación”, expone Pazmiño, exjefe de Inteligencia del Ejército, quien pide conformar una Fuerza de Tarea Conjunta especializada en esta problemática.

Una pareja fue detenida en la terminal de Quevedo cuando intentaba trasladar un subfusil en una maleta

Agentes de la Policía que acuden a levantamientos de cadáveres en Guayaquil y Manta por asesinatos que se atribuyen a “ajustes de cuentas” entre narcotraficantes, presumen por la cantidad de balas que perforan los cuerpos que los antisociales están usando pistolas modificadas con un repetidor automático o “chip”, como se lo conoce en el hampa, un dispositivo prohibido en Ecuador.

En operativos se han encontrado, además de armas como pistolas, subametralladoras y fusiles, accesorios como silenciadores, miras láser y estabilizadores para disparar con discreción y sin errores.

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MANTA, Manabí. Seis personas detenidas y armas decomisadas dejó un operativo realizado en esta ciudad en contra de una organización delictiva a quienes se les hallaron fusiles. Foto: Cortesia

Con esos accesorios, una pistola Glock se convierte en un arma de guerra, dice un agente. Si al “chip” y al estabilizador se le agrega un “Mickey Mouse” –cargador adicional de dos tambores de 50 balas cada uno– la pistola se convierte en subametralladora.

La Glock de servicio policial, calibre punto 40, poco puede hacer contra ese poder de fuego. Menos si ya corre entre algunos narcos la Glock punto 45.

Datos del Ministerio de Gobierno señalan un aumento sostenido de homicidios intencionales en los últimos cinco años. Como referencia, en 2020 se registraron 1.372 muertes violentas y en apenas siete meses del 2021 (las cifras tienen corte al 31 de julio) ya se contaban 1.229 asesinatos a nivel nacional, por lo que la tendencia cerrará al alza.

En Guayaquil, epicentro de la ola de violencia, 86 % de los más de 400 asesinatos se han cometido con armas de fuego, según la Policía. Y el 82 % está relacionado con el narcotráfico.

Militares encontraron armamento en operativo en Sucumbíos. Cortesía.

Chile, clave en el tráfico de armas

Chile no es productor de armas, pero es clave para el tráfico ilegal. Una investigación de hace dos años hecha por el portal de periodismo independiente Ciper daba cuenta de que desde Texas, el estado de la Unión Americana que figura entre los mayores proveedores de armas ilegales que llegan a los carteles mexicanos, se envían pistolas o piezas de fusiles camufladas en cargamentos aparentemente legales como autopartes y videojuegos hasta los puertos chilenos.

Y desde allí se introducen a Perú, Ecuador y Colombia pistolas marca Walther, Taurus y Tanfoglio. También algunas Glock calibre punto 40 y 45 (cuyo precio promedio en Texas es de $ 550), con cargadores y cientos de municiones para armas cortas y largas.

Operaciones en Chile muestran a narcotraficantes extranjeros asociándose con titulares de empresas que son utilizadas como vehículos de exportación de cocaína e importación de mercancías en la que llegan camufladas las armas. Y se detalla el caso de un ecuatoriano en Santiago involucrado en el envío de droga a Chipre y Jordania que estaba camuflada en generadores eléctricos importados desde Guayaquil.

En Ecuador, Pazmiño pide poner atención a negocios de fachada, como pasó en agosto con la embotelladora de agua en Los Vergeles o en julio cuando se decomisaron dos toneladas de cocaína en contenedores de pescado en un predio en Durán. “En los negocios ilícitos del narco siempre encontrarán las armas que pertenecen a sus propias estructuras de seguridad”. (I)