“Eran robos a casas, robos de vehículos y de todo tipo. Esto era una cloaca de delincuentes. La gente no quería salir: llegaban a sus casas, guardaban sus carros en garajes y no salían”, recuerdan los vecinos de Kennedy norte sobre los problemas que se daban en las calles interiores de la ciudadela.

En ese escenario, se replicaba el temor de los vecinos, los alquileres bajaron y los horarios de empresas también disminuyeron en esas vías.

Ante ello, Rodrigo Jayaf, morador y presidente de la Federación de Asociaciones de Kennedy Norte, decidió presentar una propuesta a los residentes para dividir la ciudadela en siete circuitos, entre la av. Orellana y Urdesa norte.

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En un mapa, él expone al sector en siete circuitos. Cada uno cuenta con su respectiva directiva y representante.

Esos líderes barriales, promovidos por Jayaf, se han organizado para trabajar de manera conjunta, sin fines de lucro, por la seguridad y otras necesidades del barrio.

Aunque entre vecinos había dudas sobre el proyecto, hace tres años Jayaf comenzó con su propia etapa, en donde reside: el circuito 2.

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Entre las calles Assad Bucaram, Nahím Isaías, Joaquín Orrantia y Justino Cornejo se instalaron accesos de puertas automatizadas, uno con plumas de control. Siguieron los trámites con personal municipal para recibir aprobación.

El plan de seguridad de la zona consta de dos principales acciones: la una, de puertas de acceso, y la otra, de control mediante cámaras. Dos empresas proveen del servicio al sector.

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La primera firma se encarga de las puertas, que cuentan con reconocimiento automático del invitado, captura automática y precisa de placas del vehículo del invitado y además captura de imagen del rostro del visitante.

Para entrar, cada propietario en auto tiene un tag electrónico, mientras que los visitantes lo hacen por medio de códigos QR. De igual manera, para el ingreso peatonal hay control con el uso de tecnología.

Códigos QR se implementan para ingreso peatonal de ciudadanos. Foto: Francisco Verni Peralta

Mientras tanto, la otra firma de seguridad realiza el monitoreo constante las 24 horas en cada circuito y realiza voceo por altoparlantes en caso de detectar novedades y también emite alertas a los organismos competentes de seguridad.

A partir de la puesta en marcha del plan en el circuito 2, donde reside el dirigente, ya no hay reportes de incidentes delictivos dentro de la zona delimitada, dijo. “Internamente, todos somos responsables de la seguridad. Hemos transmitido el funcionamiento; la gente lo ha tomado de buena manera y lo aplica”, remarcó él.

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En estos dos últimos años se ha ido expandiendo el plan, primero al circuito 1, donde tuvo inicialmente complicaciones con ciertos predios de entidades que se opusieron; incluso la Alcaldía retiró una puerta, pero luego se alcanzaron consensos.

Hasta ahora el plan se ha ejecutado en cinco circuitos y aún quedan dos pendientes. “Hicimos algo que parecía muy difícil, pero con la organización y voluntad de moradores ha sido muy rápido”, expuso.

Entre los cambios expuso que se consiguió una mejor convivencia y que los vecinos puedan volver a pasear con mascotas o hacer deporte. “Ahora la gente saca a los niños a pasear. Hemos retornado a una normalidad que nunca debimos haberla perdido”, enfatizó Jayaf.

Cámaras se han instalado en varias intersecciones de los circuitos. Foto: Francisco Verni Peralta

Además, los negocios y empresas ubicados dentro de los circuitos han extendido sus horarios de labores. “Se han reactivado porque ya hay gente que sale y abren hasta más tarde; funcionan casi a la normalidad, pese a que la ciudad permanece aún insegura”, dijo.

La inversión va en ascenso de manera progresiva conforme se dan nuevas implementaciones. En el circuito 2, por ejemplo, un total de 203 moradores apoyaron con $ 227 por predio para colocar las puertas y los sistemas tecnológicos.

La puesta de cada puerta puede alcanzar un monto de $ 5.600, y las puertas que prestan servicios para visitantes y servicios públicos alcanzan de $ 12.000 a $ 14.000.

De forma mensual, cada predio, incluyendo residentes y empresas, aporta con $ 20 para el mantenimiento de estos servicios de seguridad y gastos.

Kennedy norte está constituida también por vías de alto flujo vehicular que son imposibles de cerrar, como la Santiago Castillo, Joaquín Orrantia y Justino Cornejo.

En esos sitios, incluyendo el parque lineal, los problemas de delitos aún persisten, y los vecinos están conscientes de aquello. Una de las acciones para frenar esos delitos ha sido apoyar la recién inaugurada Estación de Acción Segura (EAS), cerca del parque lineal.

Este sitio antes era ocupado por la Policía y ahora pasó a manos de Segura EP, que además puso camionetas y agentes de control para hacer rondas y monitoreo de cámaras.

Los vecinos esperan tener contacto con la Policía para mejorar la coordinación y aumentar los patrullajes en vías abiertas que sufren robos. (I)