El Centro de Rehabilitación Social Regional de Cotopaxi, conocido simplemente como la cárcel de Latacunga, fue inaugurado en 2014. Durante sus ocho años de funcionamiento, los ecuatorianos han sido testigos de asesinatos, agresiones y cruentas masacres, que suman decenas de presos asesinados, en esa prisión que supuestamente fue construida para disminuir el hacinamiento carcelario e implementar una “verdadera” rehabilitación.

De hecho, a meses de su inauguración ya se registraba el primer asesinato en este recinto. El interno fallecido era un quiteño condenado a doce años de cárcel. La ministra de Justicia de esa época, Lady Zúñiga, afirmó que se trató de una “riña entre internos”.

Supuesta vinculación entre el correísmo y Leandro Norero iría más allá que una foto en una piscina en Miami

En tanto, ayer, 3 de octubre, se desató una balacera entre reos de los pabellones de mínima y mediana seguridad de esta prisión, luego de realizarse un censo penitenciario. En el tiroteo fue asesinado Leandro Norero, alias el Patrón, considerado uno de los financistas de las peligrosas bandas delincuenciales Los Lobos, Los Tiguerones y Los Choneros, según la Policía Nacional.

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El cruce de balas se habría iniciado por una pelea de territorio, que se realizó con la participación de los grupos delincuenciales Fatales y Águilas, los cuales son liderados por José Macías, alias Fito, y Junior Roldán, alias JR. Según distintas versiones, Norero también habría fungido como mediador entre bandas rivales. Además, según el asambleísta Fernando Villavicencio, también manejaba contactos con políticos y partidos locales.

SNAI confirma que Leandro Norero sería uno de los fallecidos en la gresca de la cárcel de Cotopaxi

Pugna entre Los Cubanos y Los Choneros detonó el asesinato de ‘Negro Jessy’

Pero el asesinato de Norero no ha sido el único de “alto perfil” que se ha cometido en esta prisión. Darwin Eddy Corozo Camacho, alias Negro Jessy, fue asesinado en mayo de 2019 con varias puñaladas tras ser acorralado por prisioneros cuando salía del policlínico custodiado por dos agentes de seguridad penitenciaria. El hecho se viralizó en redes sociales, ya que presos de la misma cárcel grabaron con celulares el hecho.

'Negro Jessy' tenía un largo historial criminal. Foto: Archivo

Corozo cumplía una condena por organización ilícita en una de las celdas del área de máxima seguridad del centro. Su muerte se vinculó a pugnas de poder entre las bandas Los Cubanos y Los Choneros. Negro Jessy era considerado como uno de los sujetos más peligrosos en varias ciudades, como Guayaquil. Por amenazas de muerte, fue trasladado a Latacunga, donde fue asesinado.

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‘Suzuky’, de Los Choneros, fue asesinado al cambiarse de pabellón

En julio de 2019, incidentes en la cárcel de Cotopaxi terminaron en la muerte de Jonathan Arol Rodríguez Sánchez, alias Suzuky, miembro de Los Choneros. El 29 de agosto de 2018, Rodríguez fue trasladado desde el Centro de Privación de Libertad Guayas hacia Latacunga.

Luego, el 31 de mayo de 2019, Suzuky fue trasladado al área de Tratamiento Especializado por Dificultades de Adaptación para personas privadas de la libertad que manifiestan comportamientos violentos (TEDA).

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Leandro Norero, un expandillero que evadió a autoridades y armó un grupo de empresas para aparentemente lavar activos

Esta decisión la tomó el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores en medio del proceso de reclasificación de reclusos, de acuerdo con la peligrosidad y comportamiento, que impulsó el Gobierno en el marco de la crisis carcelaria.

El 18 de junio de 2019 se realizó una audiencia de habeas corpus solicitada por Rodríguez para ser reubicado. El juez Marcelo Freire Jácome le concedió el traslado desde TEDA hacia el pabellón de mínima seguridad, donde, un mes después, fue finalmente asesinado.

Bandas delictivas al mando de las cárceles

Las prisiones en Ecuador a menudo están controladas por organizaciones delictivas que extorsionan a los detenidos y sus familias, concluyó Human Rights Watch en un informe publicado en 2021. Además, se han detectado más de ochenta vulneraciones de seguridad en varios centros de rehabilitación social. Según el reporte, el Estado no tiene poder de decisión de lo que pasa en las cárceles.

Muchos detenidos, incluso aquellos en prisión preventiva o condenados por delitos menores, son obligados a trabajar con organizaciones criminales para preservar su integridad física o acceder a artículos de primera necesidad, como colchones, ropa de cama e insumos de salud.

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Integrantes de bandas criminales que se encuentran detenidos también coordinan sus acciones delictivas con miembros de pandillas que se encuentran fuera de las prisiones.

A esto se suman problemas de infraestructura que vienen arrastrando cárceles como la de Cotopaxi desde que fueron inauguradas. La dotación de servicios básicos es pobre y los reos deben vivir en medio de la basura, que suele acumularse. Además, tiene varias zonas vulnerables, cercos eléctricos que están dañados y existe constante hacinamiento. (I)