Han pasado casi dos años del crimen de Wilson Xavier Guillén Suárez, un hombre gay de 40 años al que sus amigos y familiares conocían como Raulito, pues pensaban nombrarlo así cuando recién nació.

Él fue asesinado el 11 de julio del 2021 en su departamento, en el barrio Cristo del Consuelo, sur de Guayaquil. Su familia lo encontró sin vida la mañana del 12 de julio. Estaba desnudo en el piso, junto a la cama, con el rostro destrozado a puñetazos, con signos de asfixia y un corte en la nuca.

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“A mi ñaño Raulito lo mataron a golpes; lo ahorcaron, porque parece que seguía respirando; hasta le cortaron la nuca con un vidrio. Luego lo bañaron y limpiaron toda la escena”, dice Flora, su hermana mayor, quien siguió de cerca el caso en la Fiscalía durante los primeros meses.

La mujer detalla que, la noche del asesinato, su hermano supuestamente estaba reunido con varias personas en su departamento, que habían estado libando, incluso asomados en el balcón. Algunos vecinos los vieron, dice.

Ahí estaban Sharon, una amiga trans de la víctima, y dos hombres más. Uno de ellos sería Ronald C., quien estaba saliendo con Guillén. La familia encontró incluso los chats entre ellos.

Raulito tenía 40 años cuando fue asesinado a golpes en su departamento en el barrio Cristo del Consuelo. Su familia denunció a su pareja y a su ex como sospechosos del crimen. Foto: Jorge Guzmán

La familia Guillén presume que durante la reunión llegó la expareja de Raulito, un hombre identificado como Jerson Djalma S. P., quien durante años salió con él, e incluso en 2017 lo mandó dos semanas al hospital tras darle una golpiza que fue investigada por la Fiscalía del Guayas como intento de asesinato. Estuvo preso seis meses; luego archivaron la causa y salió.

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Flora cuenta que el principal sospechoso vivía a cuatro cuadras de la vivienda de su hermano.

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“Cuando Jerson embarazó a una muchacha y se fue con ella, mi hermano se alejó, pero él insistía en buscarlo para pedirle dinero para la leche y los pañales”, asegura la mujer.

La familia del fallecido presume que Jerson escaló por el balcón y tocó la ventana para entrar al departamento cuando vio que Raulito estaba con otro hombre.

En esta foto proporcionada por la familia del ahora occiso, que fue tomada en 2020, Raulito escaló hasta su balcón un día que olvidó las llaves de su departamento. Foto: Cortesía

Flora menciona que el inquilino que vivía arriba del departamento sí habría escuchado los golpes contra un vidrio, insultos y luego cómo su hermano pedía ayuda, pero no avisó a la familia ni intervino.

“La gente es homofóbica. Seguramente dijo: ‘Que le peguen nomás a ese maricón’. Tampoco quiso declarar ante la Fiscalía”, expresa Flora, muy dolida.

Ella sostiene que, cuando la familia halló el cuerpo, el departamento de su hermano había sido limpiado: todo lo habían recogido, lavado. No quedaban huellas de la reunión, ni vasos de alcohol ni botellas. La ropa que la víctima usaba esa noche estaba lavada y guindada en el baño. Olía a desinfectante, según relata la hermana del ahora occiso.

Ella señala que un consumidor de droga que vivía en la esquina aseguró haber visto a Jerson salir de la casa de Raulito esa madrugada.

“Dijo que Jerson estaba agitado. Otros vecinos vieron esa madrugada a dos mujeres también afuera del departamento. Creemos que son la mamá y la hermana de Jerson, que ellas lo ayudaron a limpiar todo y lavar a mi hermano, porque todo eso no lo pudo haber hecho solo”, sostiene Flora.

Pasos de la Fiscalía

Flora refiere que el mismo 12 de julio, cuando hallaron el cadáver de su hermano, se asentó la denuncia por el asesinato. Pero destaca que nunca se hizo la pericia con el luminol en el departamento para descubrir en qué parte murió y qué había ocurrido esa noche; solo se dio el levantamiento del cadáver.

Flora Guillén aseguró que en 2017 Jerson S. le dio una golpiza a su hermano y lo mandó al hospital. Un médico legisla le determinó tres meses de descanso a Raulito. Foto: Jorge Guzmán

También menciona que días después del crimen acudieron a la Fiscalía para hacer un alcance a la denuncia y mencionar a Jerson S. y a Ronald C. como sospechosos del crimen. Flora dice que ninguno fue procesado.

“Ahora Ronald C. se muestra en redes sociales como un esposo, padre de familia ejemplar y miembro de una iglesia evangélica, mientras Jerson está preso por vender drogas. Claro, si se murió mi hermano, que era a quien le sacaba plata”, expresa la familiar del occiso.

Jerson fue capturado en enero del 2023 por microtráfico y está en la Penitenciaría. El 4 de julio tiene una audiencia para revisar su caso y un posible juicio.

Pero por el asesinato de Guillén ninguno de los presentes esa noche relató lo sucedido.

La hermana del fallecido comenta que meses después del asesinato la Fiscalía contactó a Sharon, la amiga trans de Raulito, para saber su versión de los hechos de esa noche; pero ella aseguró que no sabía nada, que no estuvo ahí.

“Sospechosamente, ella a los doce días del crimen tomó un avión y se fue a Chile. Nunca más volvió”, manifiesta Flora.

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Ella y sus hermanos incluso llevaron al consumidor que vio a Jerson esa madrugada a sacar una cédula para que diera su declaración y acusar al principal sospechoso, luego de que supuestamente el fiscal lo admitiera como testigo.

No obstante, ella menciona que meses después, en diciembre del 2021, el fiscal cambió de opinión y le dijo que no era válido el testigo, que debía primero llevarlo a rehabilitación. En esa época, el supuesto testigo abandonó el barrio del Cristo del Consuelo.

“Cuando lo encontré nuevamente me dijo que ya no me podía ayudar porque una mujer había llegado a decirle que se callara o ya sabía lo que le esperaba”, relata Flora.

En ese mismo mes cambiaron al agente investigador de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased) y ya no avanzó más el proceso.

Flora señala que alcanzaron a hacer la pericia del celular de Jerson, para tratar de geolocalizarlo en la casa de la víctima esa madrugada, pero asegura que la Fiscalía nunca les entregó los resultados, ni a la familia Guillén ni al abogado. Dice que solo le respondieron que el sospechoso había perdido su celular.

Este Diario quiso conversar con el fiscal que lleva la causa para conocer si hay avances en la investigación, pero desde el Departamento de Comunicación se informó que el proceso sigue en etapa de investigación previa y que no es legal hablar del caso.

Este proceso dura hasta dos años, por lo que en dos semanas (12 de julio) concluiría y el fiscal deberá tomar la decisión de acusar a algún sospechoso o archivar la causa por falta de pruebas.

La familia Guillén espera que este crimen no quede en la impunidad. (I)