No es la primera vez que sucede en la historia reciente de Ecuador que un candidato que llega a la primera vuelta presidencial primero, termine perdiendo las elecciones en la segunda vuelta.

Le pasó a Rodrigo Borja con León Febres-Cordero, en 1984; a Jaime Nebot con Abdalá Bucaram, en 1996; y a Álvaro Noboa con Rafael Correa, en el 2006.

Ahora, la historia se repite con Andrés Arauz, excandidato correísta por la alianza Unión por la Esperanza (UNES), que lideró la primera vuelta con el 32%, frente a un casi 20% de Guillermo Lasso, candidato de Creando Oportunidades (CREO) y presidente de la República electo, en la primera vuelta.

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Para la segunda vuelta, Lasso sobrepasó a Arauz con una holgada diferencia de cerca de cinco puntos porcentuales, quedando con 52,47% Lasso y 47,53% Arauz.

Lágrimas y ambiente de derrota entre los simpatizantes correístas tras dos horas y media de espera

Entre la primera y segunda vuelta electoral, varias acciones del candidato correísta cambiaron y marcaron su derrota para la segunda vuelta.

Primero, Arauz intentó tomar distancia de su mentor, el expresidente Correa diciendo que este último no hablaba por él, pero finalmente no pudo. Tanto, que en sus cierres de campaña, antes de que hablara él, hablaba el expresidente, a través de un video.

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Así, de la base del 35% del correísmo (años antes alcanzaba hasta el 40%), Arauz solo logró crecer unos 17 puntos más para la segunda vuelta; pese a la dispersión de votos que hubo en la primera por la cantidad de candidatos que se presentaron.

Arauz también intentó hacer suyo el discurso sobre supuestas violaciones de los derechos humanos en las manifestaciones de octubre del 2019, con el que no solo sintonizaba con un sector de la población mestiza, sino también con el movimiento indígena, uno de los principales actores.

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Sin embargo, la alianza de última hora con el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Jaime Vargas, le resultó contraproducente, pues esto, lejos de ser una decisión tomada desde las bases de esa organización, resultó ser una decisión personal y hasta regional, pero no consensuada.

Esto hizo resurgir la división evidente del movimiento indígena que incluso se reflejó al inicio de la definición de la candidatura presidencial, cuando la disputa fue entre Yaku Pérez y Vargas o Leonidas Iza.

Pese a las alianzas con otras organizaciones indígenas menores, Arauz no logró captar el voto de la Sierra y de la Amazonía, que es hacia donde se enfocaba su campaña en la segunda vuelta; en esta última región solo ganó en Sucumbíos.

El consultor político y catedrático Gustavo Isch identifica varios errores en el candidato correísta: el expresidente Correa siguió siendo el candidato, el voto de Arauz fue siempre el voto duro del correísmo, encarnado en el exmandatario, no en ninguna militancia.

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Andrés Arauz escoge Manabí y Pichincha para cerrar su campaña de segunda vuelta, con video previo de Rafael Correa

Luego, Arauz siempre se mostró “bastante incompetente”, cometió varios errores desde el inicio con temas como la dolarización, las vacunas, la oferta de los mil dólares, lo cual genera más indecisión en el electorado. La falta de experiencia y competencia también se vio en el debate presidencial, en el que perdió frente a un Lasso que acuñó la frase: “Andrés, no mientras otra vez”.

Finalmente, existió un error táctico al negar la “paternidad política de Correa”, cuando primero se dijo que continuaría con el proyecto, y también existió error en las alianzas que, según Isch, fueron con el “lumpen político”, reflejado en el excandidato Isidro Romero o Vargas.

El máster en análisis político Giuseppe Cabrera recuerda que lo ocurrido en esta primera y segunda vuelta es “la mayor remontada” en la historia del país desde 1978, pues el candidato ganador llegó a la segunda vuelta con 30 puntos más que la primera y ahí tuvieron que ver el voto nulo y los votos de Yaku Pérez y Xavier Hervas.

“De cada tres votos de Yaku Pérez, dos fueron para Lasso y creo que esto se da por dos cosas: Lasso ya ganó la Sierra antes, con excepción de Azuay e Imbabura, él logra recuperar los votantes de Xavier Hervas y Pérez”, dijo.

En este contexto, Cabrera coincidió con que el punto de quiebre comunicacional fue el debate presidencial. Antes del mismo, la ventaja de Arauz era importante, pero la frase “Andrés, no mientas otra vez” y otras inconsistencias en el discurso del candidato correísta también marcaron su derrota. (I)