Sus 73 años no son un obstáculo y ahora postula para el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS). Óscar Ayerve Rosas tiene una trayectoria conocida como empresario gráfico, por su paso por la política y como presidente de asociaciones creadas por reclamos ciudadanos.

Lleva la tinta en la sangre. Su padre, Jorge Ayerve, imprimió el primer ejemplar de un periódico en color del país. Fue El Comercio del 31 de diciembre de 1937 y del que guarda una copia enmarcada.

Ayerve Rosas es graduado en tecnología industrial por la California State University, Los Ángeles, y con orgullo muestra su diploma firmado por el gobernador Ronald Reagan, que luego sería presidente de Estados Unidos. A los 15 años comenzó un emprendimiento y desde entonces ha formado varias empresas; la principal es la imprenta Taski S. A.

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Siendo treintañero se afilió a la Izquierda Democrática (ID) y en 1994 logró una concejalía en el Municipio de Quito. Por sus denuncias contra una red de extorsiones que encabezaba Luz Endara, conocida como Mama Lucha, fue atacado a la salida de una entrevista. Le rompieron la cabeza y la nariz. Sin embargo, en 1996 se desafilió del partido naranja.

Debido al cierre de Filanbanco en julio de 2001, Ayerve presidió la Junta Nacional de Acreedores, es decir, de los depositantes del banco que en 1998 había pasado a manos del Estado. Esa defensa lo expuso políticamente y le trajo varios enemigos.

En enero de 2003 llegó a Carondelet como secretario de la Presidencia de Lucio Gutiérrez, aunque solo se quedó un mes. Pero regresó y asumió el Ministerio de Gobierno pocos meses antes de la caída del coronel en abril de 2005. “Yo cerré la puerta, fui el último funcionario que salió”, relató.

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Entre 2003 y 2004 fue perseguido con acusaciones de que no presidía la Junta Nacional de Acreedores; pero no se las pudieron probar, pues él tenía los sustentos.

El tema Filanbanco siguió siendo su bandera. En el gobierno de Rafael Correa también fue perseguido a partir del 2010 cuando comenzó a reclamar por los bienes incautados a los hermanos Isaías Dassum, recordó. Puso en circulación el periódico Más Noticias para defenderse. “Nos enfrentamos y trataron de liquidarnos”, dijo al explicar que por ello ha tenido que cerrar algunas de sus empresas.

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También preside la Asociación Víctimas 30S, que defiende a los policías acusados por la protesta del 30 de septiembre de 2010. Eso lo llevó a la Asociación Unidos por la Justicia y a la veeduría realizada a partir de los cambios en el Consejo de la Judicatura de 2018.

Su lucha actual incluye a Taski, porque recibió créditos de la Corporación Financiera Nacional. Encabeza la Asociación de Deudores de la CFN y ha presentado una reforma legal porque las condiciones de reestructuración son “imposibles de cumplir”. El proyecto está en la Asamblea.

Desde 2015 ya no paga impuesto a la renta porque dice que está jubilado y solo vive de ese ingreso. Cualquier ganancia la reinvierte en sus compañías.

De llegar al CPCCS quiere impulsar la defensa de la ciudadanía frente a los abusos de poder del Estado. (I)

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