Las juntas se instalaron con normalidad en la Unidad Educativa del Milenio Dr. Alfredo Vera Vera (autopista Narcisa de Jesús), pero la asistencia fue baja en las primeras horas, a causa de la lluvia, que se intensificó en ese sector alrededor de las 10:00.

En la entrada de la escuela estaba la junta para el voto asistido, en la que, ante la ausencia del titular, un miembro de otra mesa recibía a las personas con discapacidades auditivas, visuales y físicas, así como a los adultos mayores, para dirigirlos al sitio donde podían llenar su voto con herramientas como el sistema braille.

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En el caso de Florencio, ciudadano de 74 años, no necesitó ese tipo de ayuda, pero explicó que acude a todas las votaciones con el propósito de obtener el certificado. Aunque no está obligado a sufragar, insistió en que aún le piden ese documento para realizar trámites, de modo que él y su esposa prefieren trasladarse desde su casa, a pocos metros del recinto electoral.

Ciudadanos de la tercera edad se acercaron a ejercer el voto facultativo, como Florencio y su esposa. Foto: Shirley Pauta

¿Le causa molestia venir con tanta frecuencia? “No me molesta, pero no debe ser así. Cada cuatro años, que cambia el presidente, de ley. Pero consultas, consultas, consultas… no”, opinó, pensando en el costo de estos procesos. “Yo podría poner como excusa que tengo cierta edad, pero cada vez que voy a hacer un trámite, me piden esto”, dijo el jubilado, mostrando el papel, mientras esperaba que su esposa saliera de una junta cercana.

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Al colegio Dr. Emilio Uzcátegui García, en la parroquia Pascuales, llegó Raquel Alvarado buscando su lugar de votación. A ella le toma una hora desplazarse en bus hasta este lugar, donde ha sufragado siempre. “Es una molestia, pero es necesario para que cambie el país”, expresó mientras caminaba por el patio con su cédula en la mano.

Raquel Alvarado, votante en la consulta popular del 21 de abril de 2024. Foto: Shirley Pauta

Aunque después reflexiona en que el esfuerzo de ir a votar no se ve reflejado en soluciones. Está ligeramente optimista sobre esta consulta en particular, especialmente en las preguntas relacionadas a la seguridad. “Por la delincuencia, nuestros hijos no pueden salir a jugar, muere gente inocente. De eso se trata también, de que cambie el país”.

Mientras tanto, en la Unidad Educativa Lemas, de Mucho Lote 2, la obstetra Kathy Márquez cree que era importante salir a votar. “El pueblo siempre debe saber lo que hace el Gobierno”, asegura. “La consulta era muy necesaria. Debió hacerse mucho antes”, dice la habitante de Metrópolis, para quien salir este domingo no es una molestia, sino una oportunidad de participar en las decisiones nacionales.

Kathy Márquez acudió a sufragar en la consulta popular de este domingo. Foto: Shirley Pauta

Con ella estuvo de acuerdo el profesor jubilado Isaac Tapia. “Se justifica hasta cierto punto. Es un poco molesto, pero uno está acostumbrado a estas situaciones”. Afirmó que fue a las urnas por convicción. “Hay que actuar más patrióticamente para ayudar a que se vea un cambio. Estamos azotados por una serie de problemas, y la ciudadanía, que es el mandante, tiene que dar soluciones a esto”.

Por el área del voto asistido de Lemas pasó Geovanny Rentería, de 47 años y 30 % de discapacidad física. Explicó que se informó de las preguntas de la consulta gracias a su comunidad religiosa. “Espero que mejore el país, que haya más respaldo policial, más trabajo y atención para los jóvenes”, dijo antes de retirarse de la escuela en su triciclo.

Mesa del voto asistido en la consulta popular del 21 de abril de 2024. Foto: Shirley Pauta

Después de él llegó a esa mesa Carlos Pérez, un ciudadano con 49 % de discapacidad física, después de varios accidentes cerebrovasculares. “Siempre que yo pueda votar, lo haré, salvo que no me pueda movilizar. Trato de cumplir con mi deber”. Su voto, señaló, fue meditado. “Lo peor que le puede pasar a nuestro pueblo es no educarse” y desconocer sus derechos, añadió. “Venir a votar vale la pena, para ningún ciudadano debe ser una molestia. No debemos limitarnos a quedarnos en un sillón o a votar por un simple papelito”. (I)