El vicepresidente Jorge Glas recuperó su libertad el 10 de abril luego de ejecutarse el habeas corpus concedido por un juez de la Unidad Judicial Multicompetente de Manglaralto, en Santa Elena y, desde que llegó a su natal Guayaquil, estos primeros días los ha destinado para recibir atención médica y reencontrarse con su esposa e hijos. Sus allegados afirmaron que está viviendo en casa de su madre, ubicada en vía a la Costa.

Fausto Jarrín, asambleísta por Unión por la Esperanza (UNES) y cercano al exvicepresidente, comentó que el miércoles, 13 de abril, Glas recibió ya una primera evaluación médica externa en un centro privado y que una molestia en una pierna es la condición más grave que presenta desde hace varias semanas. Esta lesión se habría originado luego de una caída durante una evacuación dentro del Centro de Privación de Libertad (CPL) Sierra Centro Norte Cotopaxi.

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Su abogado, Édison Loaiza, dice que el exvicepresidente se ha realizado ya exámenes, ecos, radiografías y comenta que también está previsto que se someta a cirugías pronto. Reitera que estas visitas a centros médicos son completamente permitidas, ya que las únicas medidas que tiene Glas, en estos momentos, son la prohibición de salida del país y cumplir con la presentación en la Corte Provincial en Guayaquil el primer lunes del mes exacto de haber sido liberado (9 de mayo), y así cada mes hasta terminar de cumplir su condena.

Asimismo, Jarrín menciona que en los próximos días el exvicepresidente “se someterá a una evaluación psiquiátrica”.

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“Aún no está definida la fecha, porque una de las conclusiones de la comisión multidisciplinaria de médicos que se conformó en razón de la solicitud de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos al país estableció que existía un exceso de medicina antipsicótica que él estaba siendo sometido a tomar”, cuenta.

Jarrín manifiesta que Glas pudo también ya reunirse con sus hijos y su esposa, “en momentos muy emotivos”, y que en los próximos días lo hará con su madre, Norma Espinel, que se encuentra en España.

“Para su madre esto fue una sorpresa, esperamos que en los próximos días ya pueda volver y reunirse con su hijo después de tanto tiempo... Hay que recordar que con sus familiares más cercanos Jorge no tuvo ningún contacto personal desde hace casi dos años”, dice.

Sobre el lugar donde permanece Glas, Jarrín menciona que la vigilancia permanente es correcta, pero considera que es un exceso el que sus familiares cercanos también la tengan, algo que no está contemplado en ninguna figura jurídica.

“Hemos podido percibir que existen vehículos afuera del domicilio de su hermano, del de su esposa, hemos podido verificar que existen drones alrededor de la residencia de la madre del exvicepresidente y eso nos parece un exceso, peor tomando en cuenta las urgencias que tiene el país en temas de seguridad”, cuestiona y resalta la buena conducta que ha demostrado Glas durante todos los años que estuvo en reclusión.

Los allegados del exvicepresidente Jorge Glas afirmaron que está viviendo en casa de su madre, ubicada en una urbanización de vía a la Costa en Guayaquil, ya que esta fue la dirección que se colocó al momento del habeas corpus. Foto: Carlos Barros Foto: El Universo

Por otro lado, el legislador subraya que el exvicepresidente también está viviendo momentos muy complejos debido a “la arremetida mediática que se ha dado alrededor del habeas corpus”.

“Esto es algo que a cualquiera tiene sometido a altísimos niveles de tensión y estrés, así que su situación sigue siendo compleja... la situación emocional y psicológica es la más delicada de él”, refiere.

El asambleísta de UNES Ferdinan Álvarez reiteró las afectaciones psicológicas que presenta Glas y dice que es importante que se recupere de salud al igual que mejore su situación emocional y psicológica, lo que indicó es el principal anhelo del exvicepresidente.

“Él está recuperando su vida, su familia, es lo que desea hasta el momento, como cualquier persona que ha sido afectada de esta forma”, subraya.

Catorce pastillas al día, entre antipsicóticos, antidepresivos y ansiolíticos ha asegurado el exvicepresidente Jorge Glas que debe tomar para calmar sus dolencias físicas y psicológicas. Foto: API Foto: API

Sobre la situación legal, Loaiza expresa que aún Glas “está bajo el régimen penitenciario”, pero que existen “ciertos beneficios sobre los cuales se podrá insistir más adelante, como la pena única, la prelibertad, rebaja de penas, donde se extinga la condena” y que harían que recupere todos sus derechos, y confía en que esto ocurra en “en los próximos meses”.

Sin embargo, aunque esto ocurra, Glas debe cancelar al Estado ecuatoriano alrededor de $ 8,2 millones por los actos de corrupción cometidos cuando estuvo en funciones y que fueron sancionados por la justicia bajo los delitos de asociación ilícita relacionada con la trama de corrupción de Odebrecht y cohecho pasivo agravado investigado dentro del denominado caso Sobornos 2012-2016.

Además, Glas fue sentenciado a ocho años de cárcel como coautor del delito de peculado en el caso Singue. El 11 de mayo próximo se realizará la audiencia para apelar esa sentencia de primer nivel, donde se busca que sea declarado inocente y aunque se determine lo contrario, Loaiza explica que no implicaría que el exvicepresidente tenga que regresar a prisión. (I)