Desde febrero de 2019 existe un estudio para modernizar los fusiles AK-47 donados por la República Popular China colocando algunos aditamentos; sin embargo, el Ministerio de Defensa anunció hace un mes que se los fundiría como chatarra.

El ministro Oswaldo Jarrín anunció la chatarrización de este armamento por problemas en el disparador y porque son, en su mayoría, para personas zurdas. En agosto de 2016 y como parte de una donación militar de China, llegaron los 10.000 fusiles AK-47 tipo 56-2, que están repartidos entre las tres fuerzas militares y embodegados, al igual que un millón y medio de municiones para usarlos.

Publicidad

El fusil que llegó a Ecuador es una versión china del ruso Avtomat Kalashnikova (AK), modelo 1947, que se produce en más de quince países y usado por tropas regulares. Su ventaja es que es fácil de operar y mantener. Los militares ecuatorianos usan los estadounidenses M-16 A2 y los alemanes HK-33.

La diferencia entre los modelos estadounidense y alemán, según explicó un excomandante del Ejército, el general retirado Luis Altamirano, en una entrevista de radio, es que en los chinos la barra de maniobra que sirve para rastrillar está a la izquierda y la pistoleta a la derecha, mientras que en los otros es al revés. La ventana expulsa la vainilla o el casquillo hacia la derecha, por lo que, añadió, le llamó la atención que se asegure que los fusiles son para zurdos.

Publicidad

El costo de un fusil en el mercado bordea los mil dólares, lo que da un monto de $ 10 millones por los 10.000 fusiles, explicó. China también ha entregado otro tipo de implementos militares en donación, como lanchas patrulleras, puentes y carpas.

Altamirano conoce del tema porque cuando era director de Planificación y Gestión Estratégica del Ejército rubricó un informe al entonces comandante general sobre los siete mil fusiles en poder de la Fuerza Terrestre. El documento proponía remplazar algunas piezas del fusil, como la culata, el cargador o la agarradera, a un costo mínimo unitario de $ 178 y máximo de $ 328, y comenzar con un lote de 500 unidades. Posteriormente se realizaron prácticas de tiro para comprobar la eficacia de los cambios.

En la entrevista, Altamirano explicó que se los debería recuperar buscando alternativas de uso. Hay que analizar el tema “sin pasión”, porque Ecuador debe mantener buenas relaciones con todos los países donde existan intereses del país, aseguró.

Arriba dos fusiles AK Modelo 56-2 donados por China, y abajo el mismo fusil ya adaptado para su uso, como parte de una propuesta en el Ejército ecuatoriano. Foto: Cortesía

EL UNIVERSO pidió una reacción al Ministerio de Defensa desde el jueves pasado. La dirección de Comunicación explicó ayer que existían informes que justificaban la destrucción de estas armas y que no podía proporcionarlos porque no estaban en su poder.

Uno de ellos, de enero de 2019 y al que tuvo acceso este Diario, destaca la diferencia en la manipulación del fusil, que las partes metálicas se sobrecalentaban demasiado y que su efectividad va disminuyendo a distancias mayores a los 100 metros. Por ello, recomendó su manipulación por personal experimentado o para entrenamiento de cursos de comando.

Este Diario pidió un comentario a la Embajada de China, pero no obtuvo respuesta. (I)