Aunque no implican ningún tipo de esfuerzo logístico, las encuestas digitales demandan un mayor trabajo al momento de depurar la información y en el marco de la inseguridad que se vive el país y del sesgo por el voto vergonzante que puede aparecer en los sondeos tradicionales son la opción por la que están apostando varios encuestadores para recabar información de cara a la segunda vuelta presidencial en la que se enfrentarán Daniel Noboa, candidato de la Alianza Democrática Nacional (ADN, listas 4-35), y Luisa González, la opción del movimiento Revolución Ciudadana (lista 5).
Una encuesta digital no es una simple pregunta en redes sociales, es un cuestionario al que se accede a través de un link y que tiene un sistema con seguridades y el margen de error es mayor que una presencial, asegura el consultor económico Omar Maluk, director de Maluk Research, acreditado ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para elaborar sondeos en este proceso electoral. Sin embargo, explica que tienen como ventaja, además del menor costo económico, el poder tener un alcance mayor a diferencia de las territoriales que muchas veces no superan las 3.000 a nivel nacional y permitir hacer traking poll si se realizan con una frecuencia semanal.
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“Ecuador es muy diverso y tiene algunos estratos sociales y de edades que votan diferente y por eso las encuestas en territorio deben superar los 5.000 encuestados no pueden ser menos, quienes hacen 2.000 a 3.000 están violando la ley básica de la estimación del error”, dice.
Según dos encuestas autorizadas por el CNE y divulgadas en los últimos dos días, y que realizaron el muestro de manera digital, Noboa alcanza el 54,36 % y 51,8 % de los votos válidos, según la medición de Comunicaliza y Maluk Research, respectivamente. Mientras que González llega al 45,64 % y al 48,2 % en los mismos sondeos.
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La norma electoral vigente establece que se pueden publicar sondeos solo hasta diez días antes de la elección, que será el próximo 15 de octubre.
‘Voto vergonzante no se reflejaría en encuestas digitales’
Álvaro Marchante, de la empresa Comunicaliza, cuenta que desde hace unos cuatro años lleva haciendo encuestas digitales y que tomó esta decisión luego de realizar ambas y ver que los resultados no variaban, pero si se hacían con mayor rapidez y menor costo.
Marchante dice que esto en Ecuador está empezando, pero que en el resto de países no es nuevo y que ayudan a eliminar sesgos. Comenta que al ser digitales los encuestados, que en su caso son contactados aleatoriamente por bases de datos, pueden responder desde cualquier parte a cualquier hora y se les garantiza la privacidad y el anonimato, un favor clave para ayudar a reducir lo que se conoce como voto vergonzante.
“Las personas no tienen que dar datos personales, lo que reduce la espiral del silencio, en Ecuador se dice voto vergonzante, es decir, cuando la persona decide no contar algo por si quien tiene al frente es alguien a quien no debe decírselo”, explica y dice que en las encuestas digitales se omite el contacto y la indecisión también pasa a ser menor que la que arroja un sondeo tradicional.
Asimismo, Marchante comenta que la actual situación de inseguridad que vive Ecuador hace más viable el hacer encuestas digitales.
“Si de lunes a viernes quieres hacer una encuesta en hogares, la tienes que hacer de noche y que te abran la puerta a esa hora no es fácil, con una digital la podemos lanzar a las 20:00 y para la mañana del día siguiente ya está terminada”, refiere.
Margen de error es superior en encuestas digitales
Sobre el margen de error superior que tienen las encuestas digitales, Maluk comenta que es necesario hacer un ajuste en el error de estimación ya que si en una territorial sería del 2 % mientras que en la digital será del 3 % al 4 %.
Para garantizar que se está participando en una encuesta digital fidedigna, Maluk explica que es necesario que se ingrese a través de un link y esta te lleve a otro sitio web que tendrá control de la dirección IP, por lo que permitirá participar una sola vez desde un dispositivo.
“Si se participa en una encuesta digital y se puede llenar de nuevo el cuestionario una vez que se lo completó eso no sirve. Va a haber muchos improvisados y encuestadores falsos tratando de favorecer al candidato por el que la ciudadanía debe observar qué está respondiendo”, subraya.
Asimismo, dice que es necesario que se infiltre en todos los estratos sociales para no incurrir en sesgos y que aquí sí se tiene que hacer un trabajo logístico digital para el que se pueden utilizar redes sociales como Facebook para garantizar la distribución.
Mientras Marchante coincide con las seguridades que deben tener los sistemas y subraya que es necesario que las encuestas digitales tengan más de una pregunta y no se limiten a una sola respuesta, ya que es necesario saber de esta persona su ubicación, su estrato social, su edad, entre otros aspectos.
‘Data de sondeos digitales requiere mayor depuración’
Para Marchante será clave también, además de las barreras de seguridad, que se cuente con sistemas operativos que depuren fallos como la repetición de respuestas o errores en respuestas.
“Existen herramientas para hacer muchos más controles y se puede trabajar con una aleatoriedad mucho mayor”, dice.
Maluk coincide en que es necesario realizar una depuración a fondo para eliminar repeticiones o sectores similares.
“Ese análisis exhaustivo de la data es complicado y largo y luego hay que ponderar y hacer una estratificación posterior para determinar localidades, cantones, clases sociales y edad para ponderar cada segmento que ha salido en la encuesta, si no se hace esto el error será muy alto”, explica.
Lo ideal para poder recabar información apegada a la realidad es realizar sondeos mixtos, es decir, territoriales y digitales, dice Maluk, pero que esto es complicado en la práctica y termina siendo un doble gasto económico y mayor esfuerzo en el análisis de la data. (I)