Una tras otra sonaban con fuerza las detonaciones de bombas lacrimógenas que agentes de la Policía Nacional arrojaban para dispersar a cientos de manifestantes, quienes se atrincheraron en varios puntos de las calles aledañas a la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), en el centro norte de Quito.

Las avenidas Patria, Amazonas, 6 de Diciembre, 12 de Octubre y las vías intermedias fueron el epicentro de los enfrentamientos en el noveno día de paro nacional, promovido por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) en contra del gobierno de Guillermo Lasso.

Los manifestantes respondían a los uniformados con palos, piedras, con casi cualquier objeto contundente e incluso utilizaban fuegos pirotécnicos.

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Por momentos, el gas lacrimógeno, la quema de ramas y llantas en el asfalto formaban inmensas nubes de humo que cubrían y contaminaban el ambiente. Era difícil respirar.

Paramédicos del Cuerpo de Bomberos de Quito, estudiantes de Medicina y socorristas voluntarios brindaron primeros auxilios a quienes resultaban afectados por los gases o que tuvieron lesiones.

En los exteriores de la Universidad Católica, en la avenida 12 de Octubre, donde la confrontación fue más intensa, los paramédicos atendieron a alrededor de 50 manifestantes durante la jornada, que se inició aproximadamente a las 08:00.

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Las personas corrían con cada arremetida de la Policía. A pie y en motocicletas, los uniformados intentaban desalojar la zona abriéndose paso con bombas lacrimógenas y vehículos antimotines. En el camino se llevaban detenidos a quienes los enfrentaban.

QUITO. 21 de junio 2022. Policías llevan detenida a una persona en protestas en la Casa de la Cultura, en el centro norte de Quito. Foto: Vanessa Silva / EL UNIVERSO.

La acción de los agentes del orden no amilanó el ánimo de los protestantes, que volvían a reunirse para seguir con las acciones. Esa fue la dinámica del día.

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En una de las incursiones de la Policía, en la calle Leonidas Plaza, el gas lacrimógeno inundaba el lugar. Mientras los manifestantes trataban de escapar, en la planta baja de un edificio estaba un niño en cuclillas, con el rostro contra el piso, protegiéndose la cabeza con los brazos. Su padre se encontraba a su lado, de pie, sin atinar cómo actuar para cuidar a su hijo. Estaban solos. Un grupo de paramédicos les brindó ayuda.

Édgar Antún y su hijo del mismo nombre son personas de escasos recursos que llegaron a Quito hace una semana, desde el Puyo, para que el menor de edad reciba atención en el Hospital Pediátrico Baca Ortiz, ya que padece de insuficiencia renal crónica y requería un tratamiento de hemodiálisis. El niño estuvo hospitalizado cinco días, recibió el alta médica cerca del mediodía del martes 21 de junio.

Antún contó que terminaron en medio del cruce entre policías y manifestantes, porque al salir del hospital buscaban trasladarse al sur de la capital, donde unos familiares. Pero desconocía la magnitud de las protestas que se estaban desarrollando en ese momento y, al no tener un teléfono celular para comunicarse, tampoco sabía las calles donde estaban los piquetes de la Policía, así como las barricadas de los manifestantes.

QUITO. 21 de junio 2022. Édgar Antún llevó en hombros a su hijo al Hospital Baca Ortiz, luego que fueron alcanzados por las manifestaciones en los alrededores de la Casa de la Cultura. Foto: Vanessa Silva / EL UNIVERSO.

Al final, con miedo de que los encuentre nuevamente el gas lacrimógeno, regresaron caminando al hospital para que les permitan alojarse esta noche en el albergue que la casa de salud instaló.

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En tanto, los enfrentamientos por las movilizaciones no cesaron. Hasta la noche continuaban las disputas por controlar las calles. El miércoles se cumplirá el décimo día de protestas. (I)