“Complicidad”, “espíritu de cuerpo” y “omisión” fueron las expresiones que prevalecieron en el testimonio que presentó Elizabeth Otavalo ante la comisión ocasional por la verdad, justicia y reparación del caso de su hija María Belén Bernal, que conformó la Asamblea Nacional.

A la comparecencia también fueron invitados el presidente de la República, Guillermo Lasso, y el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, pero no acudieron. Jiménez presentó una excusa y pidió que se fije nueva fecha y hora.

Comisión que investiga caso Bernal llama al presidente de la República, Guillermo Lasso, para que rinda su versión

Según la presidenta de la comisión ocasional, Ana Cecilia Herrera, se insistirá en el llamado a comparecer del primer mandatario a la mesa que investiga el femicidio de Ana Belén Bernal, que pretende determinar las responsabilidades políticas. De acuerdo al cronograma, el informe deberá estar listo el 1 de noviembre próximo.

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Elizabeth Otavalo, por cuarta ocasión, contó ante la Asamblea Nacional su versión y presunciones de los hechos en que se registró el femicidio. Ella llegó acompañada de familiares y amigos, así como de grupo de madres de familia que también perdieron a sus hijas.

Reclamos y pedidos

A los 26 días del asesinato de Bernal, Elizabeth Otavalo volvió a contar los hechos que ya expuso ante el pleno de la Asamblea y ante las comisiones de Justicia y de Garantías Constitucionales.

Tres veces se quebró al relatar el hecho. En medio de ello, afirmó que existe una especie de espíritu de cuerpo de la Policía Nacional, lo cual no contribuye al esclarecimiento de la investigación del asesinato de su hija, que ocurrió en una institución policial desde donde salió el cuerpo de María Belén, pero en los partes policiales no se hace constar nada.

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Emplazó al ministro del Interior, Juan Zapata, a tomar acciones encaminadas a esclarecer los hechos del delito, a decir la verdad y a buscar justicia entre la estructura policial. Que espera que con firmeza el secretario de Estado actúe.

También recordó a las legisladoras integrantes de la comisión ocasional que, hace trece días, el presidente Guillermo Lasso, en cadena nacional, pidió a los mandos policiales poner sus cargos a disposición, presentando sus respectivas bajas, para evaluar su permanencia en la institución policial. Textualmente señaló: “He dispuesto que los generales Fredy Goyes y Geovanni Ponce sean desvinculados de la institución, inmediatamente; que el comandante general tiene una semana para entregar resultados que conduzcan a la captura de German Cáceres. Pero ellos todavía siguen ahí”.

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Dijo que quiere saber cuántos de los generales de la Policía tienen la baja, y preguntó en qué ayuda el quitarles el uniforme a algunos servidores policiales, si acaso se espera que se vayan del país y se repita la historia de German Cáceres, cuyo paradero hasta el día de hoy se desconoce.

En su testimonio comentó que nunca recibió una llamada personal del secretario Diego Ordóñez; que el 16 de septiembre se comunicó con ella, pero a través de un celular de su compañera de trabajo en el Consejo de la Judicatura.

La madre de María Belén, ante la mesa ocasional, reiteró que se cometieron omisiones en los primeros días de búsqueda de su hija, pues el equipo técnico y tecnológico fue insuficiente, y además no hubo una planificación: “Sentí que me engañaban”.

Otavalo manifestó que es sorprendente que las únicas personas procesadas hasta el momento sean German Cáceres y una cadete de la Policía; que dónde están los demás involucrados. ¿Todos fueron fantasmas?, preguntó. Dónde están las personas que estuvieron en la Escuela de Policía la madrugada del 11 de septiembre. El delito se cometió en el edificio de dormitorios de los oficiales de la Escuela Superior, y resulta que nadie vio ni escuchó los llamados de auxilio de María Belén; y existen los partes que dicen “sin novedad”.

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Que han pasado más de 25 días y que no ha tenido acceso a los videos oficiales recabados para la investigación y otros elementos de prueba; que tampoco se ha realizado su materialización ni su explotación. Por lo tanto, afirmó que desconoce los elementos básicos de la investigación, donde están los vehículos de ingreso y salida de la Escuela de Policía, el personal de guardia y quizá los posibles autores y cómplices de la muerte de su hija. Tampoco conoce las sanciones administrativas al personal policial.

Elizabeth Otavalo reveló que solicitó la aplicación de diligencias, como rendición de versiones a 24 servidores policiales, entre generales, tenientes coroneles, capitanes, tenientes, subtenientes, sargentos y cadetes. “Porque creo firmemente que German Cáceres no pudo haber actuado solo, por la cantidad de evidencias que existen”, explicó.

También dijo que pidió a la Fiscalía General del Estado que garantice una comisión especializada técnica en la particularidad de la investigación que garantice imparcialidad, porque no cree “que la Policía investigue a un policía”.

Insistió en que no le interesan las acciones simbólicas, que se derrumbe el “castillo de Grayskull”, edificios con enfoque de género. “No me interesa que la Policía quiera apadrinar a mi nieto”. Lo único que espera es la verdad y justicia, reclamó, tras preguntar por qué no encuentran a Germán Cáceres, qué es lo que esconden.

Advirtió que el general Fausto Salinas, en rueda de prensa, difundió información supuestamente reservada respecto al posible paradero de Germán Cáceres, sin que haya sido informada de ese hecho previamente como madre de la víctima. Y lo peor, añadió, es que esa información tiene fecha 15 de septiembre, es decir, que pasaron más de 21 días y recién la madre se entera de que Cáceres pasó la frontera.

Otavalo pidió a los asambleístas hacer un seguimiento a la Fiscalía, a la Policía Nacional y a la Judicatura para que se realice una investigación con imparcialidad.

Reclamó por el hecho de que en la comisión ocasional que investiga el asesinato de su hija no haya una delegada de la bancada de Gobierno. Y preguntó al presidente de la República, Guillermo Lasso, por qué no acude a la comisión, que lo único que quiere es verdad y justicia.

“Ya no tengo nada más que perder. La Policía me ha quitado todo, incluso el miedo. No tengo miedo, y seguiré gritando a viva voz que quiero verdad y justicia para mi hija y su hijo Isac”. (I)