El sistema de asignación de escaños, actualmente bajo la metodología Webster, enfrentará su reforma número catorce de los últimos 47 años de vida democrática.
En esta semana, la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional debería presentar al pleno los cambios al proyecto de ley reformatoria al Código Orgánico de la Democracia, que heredó el anterior periodo de gestión de mayoría correísta de la bancada Revolución Ciudadana (RC).
El informe borrador para segundo debate estaba listo para su votación para la plenaria del 10 de junio último, pero se concedió un plazo de ocho días para que la mesa legislativa haga precisiones.
Publicidad
Apenas hace cinco años (febrero de 2020) se publicó un conjunto de reformas al Código Electoral, entre ellas, al método de adjudicación de escaños que pasó de D’Hondt a Webster; y, ahora se propone volver al D’Hondt.
Con ello, esta sería la reforma número catorce desde 1978, de acuerdo con datos recabados del libro El sistema político ecuatoriano, de Flavia Freidenberg y Simón Pachano, en el que se detalla:
- En 1978, la fórmula electoral era cociente o residuo electoral
- 1983 cociente o residuo electoral
- 1985 mayoritario
- 1986 cociente o residuo electoral
- 1994 cociente o residuo electoral
- 1996 cociente o residuo electoral
- 1998 votación personalizada
- 2000 D’Hondt
- 2003 imperiali
- 2006 factor ponderado
- 2009 D’Hondt
- 2012 D’Hondt
- 2020 Webster
Actualmente, el artículo 164 del Código establece que en todas las elecciones pluripersonales —de gobiernos locales y legislativas, por ejemplo— para la adjudicación de escaños se emplea el método Webster, con lo que “la votación total de cada lista se determinará por los votos obtenidos por votación de lista. La votación total de cada lista se dividirá para la serie de números 1, 3, 5, 7, y así sucesivamente en la proporción aritmética de la serie, hasta obtener tantos cocientes como número de escaños a asignarse”.
Publicidad
Los “cocientes obtenidos se ordenan de mayor a menor y, de acuerdo con los más altos cocientes, se asignarán a cada lista los escaños que les correspondan; y, la asignación de los escaños de la lista corresponderá a los candidatos en estricto orden de posición en la lista”.
Para esta nueva reforma electoral se propone volver al D’Hondt, para que diga: (...) “La votación total de cada lista se dividirá para la serie de números 1, 2, 3, 4, y así sucesivamente en la proporción aritmética de la serie hasta obtener tantos cocientes como número de escaños a asignarse”.
Publicidad
Durante su discusión en el periodo pasado, la bancada de la RC encabezó estos cambios y se justificó que este mecanismo permitiría que las mujeres tengan mayor participación electoral; o, que ofrecerá condiciones más favorables para fortalecer el sistema electoral.
El martes anterior, cuando el presidente de la legislatura, Niels Olsen, convocó a la sesión para votar por el informe para segundo debate, el asambleísta del Partido Social Cristiano (PSC) Alfredo Serrano advirtió que esta metodología tendrá efecto sobre las minorías en beneficio de las mayorías.
Describió que a la par del método Webster la votación se produce por listas cerradas, por lo que sería inaplicable volver al D’Hondt.
Para ejemplificar sus efectos, aludió a la conformación legislativa del 2013, cuando en ese entonces Alianza PAIS, el movimiento liderado por el exmandatario Rafael Correa, ganó las elecciones con un 55 % y llegó a tener el 76 % de los asambleístas.
Publicidad
“Con el 55 % no se puede llegar a tener el 76 % de escaños... Se necesita un método en el que, si se tiene el 50 % de la votación, se tenga el 50 % de los escaños y, con eso permitir la participación de las minorías. Les invito a que apliquen el proceso en lo que fue las últimas elecciones de 2025, Pachakutik no tuviera representación, ni el PSC, ¿eso queremos para el país?, se preguntó. Eso no se llama democracia y es por eso que bien hizo la Asamblea de volver al método Webster para facilitar el ingreso de asambleístas, concejales y en juntas parroquiales (de las minorías)“, comentó en la plenaria.
Por su parte, la presidenta de la Comisión de Justicia, la oficialista Rosa Torres, de Acción Democrática Nacional (ADN), explicaba a la prensa que este proyecto recoge 22 proyectos planteados por los asambleístas y que el cambio de método “vendrá en beneficio de la ciudadanía”, aunque no explicó en qué forma.
Para el jurista y expresidente del extinto Tribunal Supremo Electoral Medardo Oleas, el método D’Hondt funcionaría bien en un sistema electoral que tenga pocos partidos y movimientos, tomando en cuenta que en la actualidad, el Consejo Nacional Electoral (CNE) tiene registradas a 232 organizaciones de carácter nacional, provincial y parroquial.
“Esto no funciona en un país en donde hay una infinidad de partidos que distorsionan la teoría para la aplicación de la asignación de escaños. Creo que lo primero que deberíamos hacer es tratar de regular lo que implica un partido político, porque estas reformas no tienen sentido. Por ejemplo, que los candidatos tengan formación, pero nadie dice nada de eso”, opinó.
A su criterio, este cambio tendría como objetivo ‘acomodar’ los resultados en una elección, pese a que ello no funciona cuando hay demasiadas organizaciones políticas, insistió.
“Los dos métodos (Webster y D’Hondt) están diseñados para que un solo bloque no se lleve todas las candidaturas, sino que se vaya distribuyendo equitativamente; pero si hay una cantidad de participantes, ¿quién es la mayoría y quién es la minoría?“, añadió Oleas.
La Asamblea Nacional tiene como plazo hasta enero de 2026 para aprobar reformas electorales, ya que la Constitución prohíbe hacerlas un año antes de cualquier elección.
Ello, en referencia a que en febrero del 2027, los ecuatorianos volverán a las urnas para elegir alcaldes, prefectos, concejales y vocales de las juntas parroquiales. (I)