Vladimir Putin tiene enfermedad de Parkinson en etapa temprana y cáncer de páncreas, según alegan documentos de espionaje filtrados en la última afirmación sobre la mala salud del tirano. El líder ruso ha estado plagado de rumores sobre su enfermedad durante meses y ha aparecido regularmente nervioso e inestable en público, generando esperanza en Ucrania y Occidente de que el déspota pronto podría abandonar el poder.