Este sábado, personas católicas LGTBIQ+ atravesaron la Puerta Santa de San Pedro como parte del Jubileo, en un acto sin precedentes en la Iglesia católica. “Nadie tiene que sentirse excluido”, declaró el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Francesco Savino, durante la misa previa al evento.
Aunque no se trató de un Jubileo oficial dedicado al colectivo —como lo son el de la Juventud o el de los Pobres—, fue incluido en el calendario de peregrinaciones, al igual que muchas otras organizadas por parroquias y asociaciones católicas.
Unas 1.300 personas de todo el mundo participaron en la peregrinación, entre ellas católicos homosexuales, personas trans y padres de hijos LGTBIQ+. Todos cruzaron la Puerta Santa guiados por una cruz con los colores del arcoíris. No se usaron banderas, ya que no era una marcha del orgullo, pero sí llevaban prendas y símbolos representativos del colectivo.
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Savino insistió en su mensaje durante la homilía celebrada en la iglesia del Gesù de Roma: “Es necesario liberarse de los prejuicios” y reiteró: “nadie debe sentirse excluido”.
El acto fue respaldado por el papa Francisco y confirmado por su sucesor. Savino comentó que se reunió con León XIV en agosto y que este le dio su bendición para participar en la celebración.
Para el colectivo católico LGTBIQ+, este ha sido un paso importante hacia la inclusión y el reconocimiento dentro de la Iglesia. Sin embargo, aún esperan cambios significativos, como una revisión del lenguaje utilizado en el catecismo respecto a la homosexualidad.
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Desde España, Aitor Airbaiza, de Bilbao, compartió su experiencia con EFE: “Para nosotros, que somos familia y tenemos tres niños, ha sido muy gratificante. Sentirnos cristianos y vivir nuestros valores”.
Josu Beaskoetxea, también de Bilbao, lo calificó como una experiencia inolvidable: “Es un pequeño paso para los cristianos y un gran paso para la Iglesia”.
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Maritza Fuenzalida, de Chile, destacó la importancia del evento tanto a nivel personal como colectivo. Para su grupo, Diversidad Vocal, “es una oportunidad para visibilizarse en Latinoamérica como creyentes LGBTIQ+”.
Eduardo Navarro, de Zaragoza, consideró el día como “histórico”, al sentir que la Iglesia no solo acoge, sino que también visibiliza a la diversidad sexual y de género.
Por su parte, Inés López, de San Sebastián, subrayó la emoción de las celebraciones: “Vivimos un sentir común de que somos Iglesia. Creo que es un paso muy importante tanto para la Iglesia como para el colectivo”. (I)