Atrás quedó la época en que la gente podía relajarse al borde de las piscinas climatizadas del spa Ein Gedi de Israel y después darse un baño en el mar Muerto. Hoy, el agua salada se ha retirado, dejando tras de sí unos extraños cráteres.
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Cada año, el Mar Muerto retrocede alrededor de un metro y deja tras de sí un paisaje lunar, una tierra blanqueada por la sal y repleta de unos enormes agujeros.
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Atrás quedó la época en que la gente podía relajarse al borde de las piscinas climatizadas del spa Ein Gedi de Israel y después darse un baño en el mar Muerto. Hoy, el agua salada se ha retirado, dejando tras de sí unos extraños cráteres.
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Tras nuevos hallazgos, ahora se plantea la posibilidad de que el hongo pueda redimirse y convertirse en una fuente potencial de fármacos oncológicos.
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