Parece una situación de ciencia ficción, pero la ley internacional ya determina qué hacer si un pedazo de basura espacial golpea a una persona en la Tierra.

Según la Convención sobre Responsabilidad Internacional por Daños Causados por Objetos Espaciales, vigente desde 1972, el Estado que lanzó el objeto es responsable absoluto de cualquier daño que provoque.

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Esto significa que es el Estado el que debe compensar económicamente a los afectados, ya sea por lesiones o por pérdidas materiales.

El tratado, conocido como Liability Convention, fue negociado entre 1963 y 1972 dentro de Naciones Unidas y se basa en el Tratado del Espacio Ultraterrestre de 1967. Establece que en el espacio exterior la responsabilidad es diferente: allí los Estados solo responden por culpa o negligencia. En la práctica, esto aplica a casos como choques de satélites o fragmentos que dañen otra nave o estación.

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Aunque son situaciones poco frecuentes, ya ha habido precedentes de reclamos. Por ejemplo, tras incidentes relacionados con escombros de la Estación Espacial Internacional (ISS), se ha invocado este marco legal para determinar responsabilidades.

El convenio también fija los procedimientos para presentar reclamaciones oficiales entre países. (I)