El “baño de sangre” que han padecido los periodistas mexicanos este inicio de año es algo que hasta la fecha “no se había observado con tanta intensidad”, denunció este jueves en entrevista con Efe la representante en el país de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Balbina Flores.

En la organización están "bastante alarmados y preocupados" por iniciar el 2022 "con tres asesinatos seguidos".

En lo que va del año, mataron a José Luis Gamboa en Veracruz, mientras que en Tijuana asesinaron a Margarito Martínez y a Lourdes Maldonado, quien incluso pidió el 2019 en público protección al presidente, Andrés Manuel López Obrador.

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"Es una tendencia que desafortunadamente hemos visto desde años atrás, pero desde luego es algo que no habíamos observado con tanta intensidad como se ha dado este año", manifestó Flores.

Un país mortal

RSF ha considerado a México por tres años seguidos como el "país más mortífero para la prensa" al registrar 10 periodistas asesinados en 2019, ocho en 2020 y siete en 2021, además de tres desaparecidos.

"Vemos que la situación, en lugar de mejorar, empeora", consideró la representante de la asociación, quien subrayó que las agresiones se han extendido por todo el territorio.

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Además de los asesinatos, RSF contabiliza a cerca de 40 periodistas desplazados de regiones con violencia, donde cada vez es más difícil informar.

"Son estas zonas de silencio que se han ido generando a lo largo de los años y que en este sexenio no ha sido distinto. Es decir, zonas donde ya los periodistas no pueden ejercer su trabajo periodístico", detalló Flores.

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Lourdes: víctima de la impunidad

El caso de Maldonado, asesinada el domingo pasado, despierta particular indignación porque en marzo de 2019 denunció en la conferencia diaria del presidente López Obrador que su vida estaba en peligro por un pleito legal con Jaime Bonilla, hoy exgobernador oficialista del estado de Baja California.

El mandatario mexicano pidió no vincular "en automático" el asesinato con Bonilla y justificó que ella no estaba en el "Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas" creado por una ley federal de 2012.

Aunque la reportera estaba en el mecanismo local de Baja California, gobernado por el oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el Gobierno federal "es quien le tuvo que haber dado las medidas porque fue una petición pública, era un riesgo", opinó la representante de RSF.

"Desde luego consideramos que no fueron medidas suficientemente fuertes que pudiesen garantizar su seguridad, entonces eso nos parece grave", dijo la defensora.

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Con ello, Maldonado se ha convertido en el reflejo de la impunidad en México, que supera el 93 % de los casos de periodistas asesinados, según RSF.

Doble discurso

La defensora señaló el doble discurso de López Obrador, quien afirma que se respeta la libertad de prensa y asegura que tampoco hay impunidad.

"Pero por otro lado también tenemos estos hechos que ocurren de manera constante, con lo que nosotros vemos que no hay una acción contundente de ir en contra de esta situación de impunidad. Ni obviamente el reforzamiento de los mecanismos de protección", aseveró Flores.

Además, a pesar de la violencia, el presidente no ha dejado de atacar a la prensa crítica en sus conferencias diarias, en la que tiene la sección "Quién es quién en las mentiras de la semana" para exhibir a periodistas con "noticias falsas".

"No queremos decir o afirmar que está contribuyendo totalmente a esta situación, pero sí contribuye a este enrarecimiento del ambiente, donde cada vez se respeta menos a las y los periodistas", comentó Flores.

La sociedad está perdiendo

La activista de RSF advirtió que "uno de los principales afectados" por esta violencia es la sociedad mexicana.

"Es una sociedad que está perdiendo a voces, que está perdiendo a periodistas que dan a conocer la información que ocurre en los rincones del país, es decir, es un país que se está quedando sin información", enfatizó.

Por ello, pidió a la comunidad internacional mirar hacia México y exhortó al presidente a dejar de tratar a la prensa como su enemigo.

“El enemigo no son los periodistas, no es la sociedad que cuestiona y no son los defensores. Los enemigos están en la impunidad, están en las estructuras de gobierno que no han sido capaces de contrarrestar esta situación”, concluyó. (I)