Estar en el espacio exterior produce cambios corporales.

Como explica la NASA en un artículo, los astronautas son hasta 2 pulgadas (5 centímetros) más altos mientras están en el espacio. Sin embargo, tan pronto como regresan a la Tierra vuelven a su altura normal; dado que en ese entorno las vértebras pueden estar más separadas. Este es uno de los efectos que tiene la microgravedad en los cuerpos, que además de esto, también incide en la pérdida de masa ósea y muscular mientras están en órbita.

Asimismo, los astronautas experimentan el tiempo de una manera totalmente diferente. Cuando están a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI), su vida diaria transcurre muy rápido, pues cada “día” ven 16 amaneceres y atardeceres, según reporta The Conversation.

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Si el tiempo pasa más rápido en el espacio, ¿esto puede afectar en cómo envejecen los astronautas?

En la ciencia ficción se ha representado cómo el paso del tiempo puede ser diferente para los viajeros espaciales. En la película galardonada por mejores efectos visuales en los Premios Óscar 2014, Interstellar, los protagonistas están en un planeta donde el tiempo está severamente dilatado que cada hora que pasan allí pasan siete años en la Tierra. Sin embargo, ese es un ejemplo bastante extremo, y no es el caso de los astronautas que permanecen varios meses en la Estación Espacial Internacional.

Debido a un principio de la física conocido como dilatación del tiempo, el cual consiste en que si dos objetos se mueven a diferentes velocidades, el tiempo corre más rápido para el objeto más lento; los astronautas que tuvieron una estancia de seis meses en la EEI regresan apenas un poco más jóvenes, envejeciendo 0.007 segundos menos que las personas que están en la Tierra, de acuerdo con la Agencia Espacial Europea.

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A pesar de que más de 550 humanos han viajado al espacio, se sigue desconociendo en gran medida cómo los viajes espaciales y las misiones de larga duración podrían cambiar el cuerpo humano y si esos cambios son permanentes o reversibles una vez que los astronautas regresen a la Tierra. La oportunidad para estudiar este fenómeno surgió con los gemelos astronautas Scott y Mark Kelly.

‘Estudio de los gemelos’

Exastronautas de la NASA y gemelos idénticos Mark Kelly (i) y Scott Kelly (d). Scott pasó un año en la EEI de 2015 a 2016 mientras Mark permaneció en la Tierra, lo que permitió a los científicos estudiar los efectos de vivir en el espacio en el cuerpo de Scott y comparar los cambios con Mark. Foto: Robert Markowitz - NASA - Johnson Space Center

El Estudio de Gemelos de la NASA fue una investigación de 340 días realizada entre 2015 y 2016 que monitoreó a estos astronautas gemelos idénticos, ambos ahora jubilados. Los científicos llevaron a cabo un estudio biomédico de un año de duración sobre la salud de Scott Kelly y Mark Kelly, mientras Scott estaba en el espacio y Mark estaba en la Tierra.

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Los resultados completos, publicados en abril de 2019 en la revista Science, mostraron que Scott Kelly experimentó numerosos cambios fisiológicos y cromosómicos durante su larga estancia en órbita, incluidos cambios en la expresión genética.

La expresión genética varió en ambos Kelly durante el estudio, pero de formas significativamente diferentes. El estudio encontró que más del 90% de los cambios en la expresión genética de Scott Kelly volvieron a la normalidad cuando regresó a la superficie. Uno de los más sorprendentes fue que los telómeros de Scott cambiaron de longitud.

Los telómeros son capas protectoras que se encuentran en nuestros genes que evita que el cromosoma se dañe cuando una célula se divide, de acuerdo con un artículo de la Escuela de Medicina de Harvard. Son un buen indicador del envejecimiento, porque “su duración se ve afectada por todos los aspectos de la vida terrenal, desde nuestra dieta hasta nuestro estilo de vida e incluso nuestro bienestar mental”, explica Susan Bailey, radióloga de la Universidad Estatal de Colorado que participó en los estudios de los gemelos, en declaraciones recogidas por National Geographic.

En el caso de Scott Kelly, sus telómeros se alargaron en el espacio. Pero, al llegar a la Tierra, se acortaron drásticamente, incluso más cortos de los que tenía al principio.

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“Aunque la longitud promedio de los telómeros, la expresión génica global y los cambios en el microbioma regresaron a niveles cercanos a los de antes del vuelo dentro de los seis meses posteriores al regreso a la Tierra, se observó un mayor número de telómeros cortos y la expresión de algunos genes aún se vio alterada”, afirma el informe.

Dado que este estudio solo contempla los resultados entre dos gemelos, es considerado “limitado”, de acuerdo con Andrew P. Feinberg, uno de los coautores del estudio y experto en epigenética de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.

“Si ves una diferencia entre estas dos personas, ¿cómo sabes si lo que estás mirando se debe al gemelo en el suelo o al gemelo en el espacio?”, dijo el científico en una entrevista al Washington Post.

Por esta razón, Feinberg considera que este estudio no proporciona verdades universales sobre los efectos de los vuelos espaciales sobre la salud humana.

Los efectos sobre la salud a largo plazo de los vuelos espaciales de larga duración aún no se han determinado, pero el estudio de los gemelos representa un paso histórico para la humanidad en su misión de viajar hacia otros planetas. (I)