La mayor fabricación de cocaína tiene lugar en Colombia, Bolivia y Perú, pero se está procesando cada vez más dentro de Europa, aprovechando conocimientos de redes criminales y materias primas en Latinoamérica, explicaron este viernes Europol y el Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (EMCDDA).

En un informe, señalan que los datos recientes sugieren que en Europa se han procesado grandes cantidades de polvo de cocaína a partir de productos intermedios, como la pasta de coca, que se introducen de contrabando desde América del Sur en materiales portadores como el carbón vegetal o los plásticos, y luego se extraen en instalaciones especializadas.

“La disponibilidad en Europa de grandes cantidades de base y pasta de coca genera el riesgo de que surjan nuevos productos de cocaína fumables (por ejemplo, el “crac”) en los mercados de consumo europeos, lo que plantea riesgos sociales y para la salud que son considerables”, alertan ambas agencias.

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Asimismo, en cuanto a la logística, las redes criminales europeas, que solían administrar sus propias actividades, subcontratan ahora una variedad de servicios a lo largo de la cadena de suministro y están impulsando la eficiencia de la producción aprovechando el conocimiento técnico de otras redes socias en las regiones productoras de drogas de América Latina.

La expansión del mercado de la cocaína en Europa también ha traído consigo un aumento de homicidios, secuestros e intimidaciones, y la violencia se ha extendido a quienes están fuera del mercado de las drogas, incluidos abogados, funcionarios y periodistas.

Además, ambas agencias advierten de que el crecimiento de la producción a gran escala de metanfetamina en Europa tiene el potencial de “impulsar más corrupción a lo largo de la cadena de suministro, creando una economía paralela”.

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En Europa, la metanfetamina se producía típicamente en “laboratorios de ‘cocina’ pequeños, pero generalizados” en República Checa y sus países vecinos, pero estos conviven cada vez más con instalaciones en Bélgica y Países Bajos, que pueden producir esta droga a una escala mucho mayor.

Estos laboratorios han aumentado “en tamaño, sofisticación y producción” desde 2019, y, viendo la rentabilidad de esta droga, los productores europeos de drogas sintéticas están trabajando con redes mexicanas para desarrollar procesos de producción y explotar la infraestructura existente en Europa.

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Además de la metanfetamina producida en Europa, desde 2019 se han incautado en la UE cantidades de varias toneladas de esta droga originaria de México, lo que implica la colaboración entre redes europeas y mexicanas.

Asimismo, los últimos datos sobre aguas residuales revelan que, además de su mercado de consumo habitual en República Checa y Eslovaquia, la metanfetamina también está presente en Bélgica, Chipre, el este de Alemania, España, Turquía y varios países del norte de Europa como Dinamarca, Letonia, Lituania, Finlandia y Noruega. (I)