Su conexión con el centro de la Tierra hace de los volcanes estructuras naturales con una capacidad de devastación impresionante. Al hacer erupción, un volcán es capaz de expulsar millones de metros cúbicos de lava al exterior, así como partículas que son capaces de tapar la luz del sol y afectar la temperatura del planeta haciéndola descender.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Nature Communications, un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero provocaría que las nubes volcánicas resultantes de grandes erupciones alcanzaran alturas más elevadas en la atmósfera. Incluso más de lo que logran actualmente.

El resultado de expandirse con una mayor rapidez debido a una mayor altitud, sería el reflejo de un mayor cantidad de luz solar, lo cual se traduce en descensos más extremos de las temperaturas.

Publicidad

Thomas Aubry, geofísico de la Universidad de Cambridge, junto a un equipo de investigadores, combinaron simulaciones de erupciones volcánicas tropicales con un modelo climático global. Lo que hicieron fue simular el tamaño de la nube arrojada en cada erupción según el tamaño del volcán tropical, tomando en cuenta los primeros datos y hasta el año 2100, momento en que la Tierra se habrá calentado 6 grados centígrados. Ese sería el punto más crítico según proyecciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés).

Enfriamiento global

Es lo que sucede cuando los sulfatos, formados por partículas a base de azufre en reacción con el agua, llegan a la estratosfera. Ese pequeño periodo de enfriamiento global se vería interrumpido si se cumple el escenario de aumento de temperatura global en 6ºC. Esto debido a que la troposfera estaría 1.5 kilómetros por encima de su ubicación actual.

El resultante de todo esto es que el efecto refrigerante no se produciría, o al menos no con las erupciones de volcanes de tamaño medio que no alcanzarían a llegar hasta la estratosfera.

Publicidad

Pero, si se diera el caso de erupciones masivas provenientes de alguno de los grandes volcanes del planea, los sulfatos sí podrían alcanzar la nueva altura de la estratosfera, que a su vez está más fría. Así, al viajar a una mayor altura y velocidad a comparación de hoy, el efecto refrigerante aumentaría en un 15 por ciento, afirman los investigadores.

Algunos pendientes

Como se dijo anteriormente, esta proyección tiene por base un modelo centrado en las proyecciones más pesimistas y está centrado en volcanes tropicales. Sin embargo, algunas de las consecuencias descritas ya han sido anteriormente demostradas: una estratosfera más fría, el aumento de la altura de la troposfera y una circulación de partículas más acelerada.

Publicidad

Un siguiente trabajo para los investigadores sería averiguar de qué forma impactan los factores desconocidos en la ecuación y cómo el cambio climático afecta la actividad volcánica y cómo ésta, a su vez, afecta en la temperatura global. (I)

ee (NatGeo / Nature Communications)