Las autoridades estadounidenses han puesto bajo la lupa a quienes viajan con grandes cantidades de efectivo en aeropuertos internacionales para prevenir delitos financieros.
Desde principios de este año, cualquier persona —ya sea turista, residente o ciudadano— que transporte más de 10.000 dólares sin declararlos puede ser detenida e investigada por las autoridades federales.
Esta política busca frenar el contrabando de dinero relacionado con actividades ilícitas como el lavado de activos y el financiamiento del crimen organizado.
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El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) recuerda que llevar grandes sumas de dinero no constituye un delito en sí, pero omitir su declaración sí puede acarrear serias consecuencias legales.
¿Qué pasa con quienes superen el límite?
Quienes superen el límite permitido deben completar el formulario FinCEN 105, trámite obligatorio que puede realizarse en línea antes del viaje, en formato físico o directamente con un oficial en el aeropuerto.
El objetivo es garantizar la transparencia en el movimiento de fondos y evitar que se utilicen para fines ilícitos.
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La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) cuenta con tecnología avanzada como escáneres, perros entrenados y otros dispositivos para detectar billetes ocultos en equipaje o prendas de vestir.
Si se descubre una suma que exceda el monto permitido y no ha sido reportada, el dinero puede ser confiscado en el acto sin necesidad de una orden judicial. Posteriormente, agencias como la Administración de Control de Drogas (DEA) o la policía aeroportuaria asumen la investigación.
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Aeropuertos con mayores controles
- Aeropuerto de San Diego.
- Aeropuerto de Dallas-Fort Worth.
- Aeropuerto de Atlanta Hartsfield-Jackson.
- Aeropuerto de Los Ángeles (LAX).
- Aeropuerto JFK de Nueva York.
- Aeropuerto de Miami.
Desde el gobierno recalcan que declarar el dinero es una obligación legal y evitarlo puede terminar en la pérdida del efectivo y sanciones penales. (I)